Vaporización: ¿sí o no?
Me gustaría que me explicaras qué ventaja tienen los vaporizadores de hierba respecto a los porros. Creo que son menos tóxicos, pero como también he oído que los vápers pueden dar problemas quiero saber tu opinión y si los recomiendas.
La vaporización es un sistema de administración de cannabis que consiste en calentar la materia vegetal hasta alcanzar una temperatura que provoca que sus principios activos se vaporicen (se evaporen y se conviertan en vapor) pero sin llegar a generar combustión. En otras palabras, los principios activos como el THC se inhalan por medio de vapor y no en el humo. La principal ventaja es que no se inhalan alquitranes y otros subproductos tóxicos que se generan cuando se quema el cannabis. Los efectos psicoactivos se perciben con igual rapidez en la vaporización que fumando y esta permite la misma exactitud en la dosificación.
El principal inconveniente es que el vapor puede irritar un poco las vías respiratorias y, si se usa una temperatura demasiado alta –200 ºC o más–, también se producen algunos subproductos tóxicos, aunque muchos menos que en la combustión. La vaporización es un sistema de consumo de cannabis muy atractiva tanto para pacientes como para usuarios recreativos. Tiene las ventajas de fumar, en el sentido de que permite una dosificación muy precisa y rápida de los componentes psicoactivos sin los perjuicios asociados a la combustión.
Los vaporizadores calientan la materia vegetal a una temperatura que provoca la evaporación de los componentes activos sin generar humo mediante la combustión. Este enfoque posibilita la inhalación del THC presente en el cannabis sin la exposición a los alquitranes y subproductos tóxicos producidos cuando se fuma un porro. Tras examinar muchos de los rigurosos estudios científicos relacionados con la vaporización, podemos afirmar con bastante confianza que este método es menos perjudicial para la salud que fumar cannabis.
La vaporización presenta la mejor proporción THC/alquitrán en comparación con otras formas de consumo inhalado, como los porros, las pipas, las pipas de agua y los bongs. Además, un estudio ha revelado que el vapor de cannabis no contiene tres compuestos tóxicos que sí se encuentran en el humo: naftaleno, benceno y tolueno. Por otro lado, se ha registrado una reducción del cincuenta por ciento en la presencia de alquitrán y una menor cantidad de monóxido de carbono en el vapor, aunque esta última reducción no se ha cuantificado.
Otro estudio mostró que hasta el ochenta y nueve por ciento del vapor estaba compuesto por THC, mientras que en el humo solo el doce por ciento eran cannabinoides y el ochenta y ocho por ciento restante consistía en más de ciento diez subproductos de la combustión, incluyendo cinco peligrosos hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) con efectos cancerígenos. En otro ensayo se analizaron los niveles de monóxido de carbono (CO) exhalado como indicador de la exposición a los subproductos de la combustión y se encontró que, después de la vaporización, los niveles de CO eran mínimos o inexistentes, lo que sugiere una exposición insignificante a estos productos tóxicos.
En un estudio llevado a cabo en los Países Bajos, se examinó un extracto de la variedad medicinal Bedrocan, así como el vapor y el humo producidos por la misma planta. Los resultados revelaron que en el extracto se identificaron treinta y seis compuestos distintos, entre cannabinoides y terpenos. En el vapor se encontraron treinta de estos compuestos, todos ellos también presentes en el extracto. En contraste, el análisis del humo identificó sesenta y nueve compuestos, muchos de los cuales no estaban presentes ni en el extracto ni en el vapor. Estos incluían veintitrés cannabinoides desconocidos, hidrocarburos, compuestos fenólicos y compuestos nitrogenados, así como cantidades significativas de CBN que no se encontraban en la planta original.
En resumen, la vaporización no modifica los compuestos presentes en la muestra, los cuales simplemente se evaporan con el calor sin sufrir las transformaciones que ocurren durante la combustión. Por otro lado, el humo generado durante la combustión contiene numerosos compuestos que no estaban originalmente en la muestra y que son subproductos de la quema.
Es muy importante tener en cuenta que estamos hablando de vaporizar cogollos de cannabis puro sin mezclar con tabaco. Al añadir tabaco al cannabis, la toxicidad aumenta mucho, aunque se use un vaporizador, por la presencia de nicotina y una larga lista de aditivos que los fabricantes añaden al tabaco. También es importante tener en cuenta que no se pueden equiparar los vaporizadores para cogollos con aquellos que se cargan con un líquido que es una mezcla de un extracto de cannabis y una mezcla de glicerina vegetal y propilenglicol. Aunque estos dos ingredientes se consideran seguros y son los principales componentes de todos los líquidos de vapeo (también de los que contiene nicotina), todavía no hay demasiada información sobre los efectos que puede tener su uso a largo plazo. Por lo tanto, en mi opinión, es más seguro usar vaporizadores para cogollos.