Ventajas de los vaporizadores
La vaporización es una gran opción para el consumo de cannabis, ya que elimina en buena parte el principal componente peligroso de fumarlo, el alquitrán, así como otros tres compuestos tóxicos: naftaleno, benceno y tolueno. La marihuana no contiene nicotina ni ninguno de los productos químicos altamente tóxicos que se añaden al tabaco comercial, pero cuando se consume fumada, la combustión de los cogollos genera alquitrán, que se ingiere junto con el humo y se queda en los pulmones. Además, la combustión produce algunos compuestos nuevos que no estaban en el cogollo y que no son nada sanos. La mejor forma de evitar esto (o al menos reducirlo, porque algo de alquitrán sí se produce) es vaporizar el cannabis o comérselo, pero cuando se ingiere tarda mucho en hacer efecto, a menudo una o dos horas, y resulta muy difícil dosificarlo, por lo que es muy frecuente experimentar efectos excesivamente potentes y bastante incómodos. La ventaja de la vaporización es que se dosifica calada a calada, como un porro, y como el THC pasa a la sangre en los pulmones, el efecto es casi inmediato, lo que le permite al consumidor percibir inmediatamente el nivel de psicoactividad y regularla sin problemas, dando o no otra calada.
Los vaporizadores calientan la materia vegetal hasta una temperatura que produce la evaporación de los principios activos de la resina pero sin llegar a quemar la materia vegetal, por tanto, se genera vapor y no humo. Los cannabinoides se evaporan entre 150 y 200 ºC, pero la combustión no aparece hasta que se alcanzan temperaturas más altas, de al menos 230º.
Según algunos estudios, solo entre el 10 y el 15% del THC presente en un cogollo acaba siendo absorbido por el fumador, y a menudo este porcentaje es menor. Con un vaporizador, en cambio, el porcentaje llega fácilmente al 20%, lo que supone una eficacia claramente superior, por lo que el consumidor necesita menor cantidad de cannabis para obtener el mismo efecto. El efecto de consumir cannabis puro con vaporizador es igual al efecto de fumarlo en un porro. Obviamente, es distinto al efecto de consumir cannabis mezclado con tabaco.