El pasado jueves el Palacio de la Prensa de Madrid acogió el estreno de The Big Lie, un documental sobre las personas que han luchado durante años por acabar con el estigma del cannabis y mostrar su verdadera realidad y su potencial como agente terapéutico. Dirigido por Rafa Alarcón y patrocinado por la Fundación Canna y por Hortitec (incluso con implicación personal de los directivos de ambas empresas, Susan van Brunschot y Nacho Vidal, respectivamente), The Big Lie reúne el testimonio de destacados protagonistas de esta lucha que, desde 12 países distintos, se han sacrificado por acabar con las mentiras que pesan sobre el cannabis desde hace más de medio siglo.
Esta ambiciosa producción, llevada a cabo a lo largo de diez años, es en realidad una serie de seis capítulos de 50 minutos cada uno. Lo que se vio en el estreno fue una síntesis que resumía la serie, pronto en plataformas donde se podrá disfrutar online, en toda su extensión, lo que sin duda permitirá difundir su necesario mensaje a públicos más amplios.
En The Big Lie aparecen los testimonios de conocidos pacientes españoles que han ayudado a visibilizar la realidad de la planta, como es el caso del difunto diputado del PP cántabro Eduardo van den Eynde, o de la presidenta del Observatorio Español del Cannabis Medicinal, Carola Pérez. También aparece el testimonio de pacientes y familiares de otros países, como la conocida Charlotte Figi, una niña aquejada de un extraño tipo de epilepsia que a punto de morir recibió de su madre el aceite de cannabis que cambiaría radicalmente su estado de salud y, de paso, ayudó notablemente al histórico cambio legislativo, primero en Colorado y luego en muchos otros estados de EE UU. También de Estados Unidos se recoge el testimonio de Aaron Augustis, un veterano de guerra con síndrome de estrés postraumático tras la guerra de Irak que acaba fundando un grupo de veteranos por el cannabis medicinal.
La serie tiene el acierto de colocar en primer plano el testimonio personal, a través del cual se muestra la complejidad de la realidad cannábica en el mundo. Además de personalidades como el expresidente José Mújica –quién en 2014 plantó cara a la Convención Única de Naciones Unidas y convirtió Uruguay en el primer país del mundo que legalizó la marihuana– o el empresario canadiense Bruce Linton –creador de Canopy Growth, la mayor empresa legal de marihuana–, también se pone el foco en personas anónimas cuya vida está determinada por el cannabis, como el caso de un agricultor rifeño que nos muestra la vida en las montañas de Ketama, donde tras cada cosecha se producen toneladas de hachís que se exportan ilegalmente al resto del mundo.
The Big Lie no se olvida de los investigadores que han hecho del cannabis su objeto de estudio, descubriendo las múltiples aplicaciones de la planta y desarrollando su potencial terapéutico. La revolución cannábica que estamos viviendo necesita de series como esta, bien producidas, rigurosas, emotivas y con la implicación del sector y del activismo, para acabar de desactivar los prejuicios y el estigma que impiden la completa normalización del uso de esta planta.
