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Amor romántico y capitalismo

¿Por qué al capitalismo le viene tan bien el amor romántico? Gracias, Coral, saludos desde Chile.
Anónimo

Porque gracias al amor romántico las mujeres trabajan gratis para los hombres, y estos se ahorran unos trece billones de dólares en total. Si los hombres tuvieran que pagar a las mujeres por el trabajo que hacen, deberían darles casi todo su salario, así que es importante que ellas lo hagan voluntariamente, que lo asuman como parte del contrato matrimonial, que acepten su rol pensando que están destinadas a servir, a cuidar y a sacrificarse por los hombres.

Al capitalismo le viene bien el amor romántico porque las mujeres, además de limpiadoras, cocineras, niñeras, enfermeras y secretarias, también ejercemos de policía de los hombres, les atamos en corto, les sacamos de los bares y de los mítines políticos, les metemos en el hogar, les metemos en cintura, les metemos en vereda, les guiamos por la senda del bien para que no se desfasen, para que se comporten como adultos, para que trabajen y traigan un salario a casa, para que no se lo gasten en fiestas. Nos toca ser las vigilantes y las juezas de nuestros compañeros, que así pueden permitirse el lujo de no madurar nunca y de no asumir sus responsabilidades.

Al capitalismo le viene bien el amor romántico porque mientras los obreros están ocupados en derribar las clases sociales y liberar a todos los hombres, se comportan igual que la patronal con las mujeres, que además de luchar por la liberación de los hombres, también luchan por su liberación. Así, mientras los obreros luchan contra la explotación laboral, las mujeres luchan contra la explotación doméstica, sexual, reproductiva y emocional.

Ellos se comportan en la calle como el Ché, y en la casa como Pinochet, y mientras, el capitalismo se beneficia del patriarcado, porque permite a unos pocos hombres acumular mujeres, dinero, recursos y les permite acaparar el poder. Y a la gran mayoría les ofrece el premio de consolación: poder reinar en sus propios hogares y tener sirvientas a su disposición. Hasta el hombre más pobre del planeta tiene quien le cuide las veinticuatro horas del día, los trescientos sesenya y cinco días del año.

Al capitalismo le viene bien el amor romántico porque así las mujeres estamos entretenidas, enfrentadas entre nosotras, rivalizando y compitiendo por los hombres. Nos tienen anestesiadas y atontadas con una de las mejores drogas que ha inventado la humanidad, nos tienen concentradas en eso para que no nos juntemos entre nosotras. Divididas somos más vulnerables: si abrieramos los ojos y nos diésemos cuenta de que en realidad no necesitamos a los hombres, que el mito lo usan para estafarnos y someternos, que el amor de verdad no es el amor de pareja, y que el amor del bueno es colectivo, otro gallo nos cantaría.

Y si nos organizáramos entre nosotras, es obvio que los hombres tendrían que aprender a cuidarse, a sí mismos y entre ellos. Por eso es tan importante el amor romántico para el capitalismo, porque la sociedad está construida por y para parejas heterosexuales en edad de reproducirse y de fundar una familia feliz, que es la base de todo el espejismo colectivo en el que vivimos. La familia feliz es la unidad con más capacidad para el consumo, y es por tanto lo que sostiene y perpetúa el capitalismo.

Coral Herrera

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