Contra la espada y la pared
Mi novia me está poniendo los cuernos con un compañero de trabajo, y el otro día cuando le dije que lo sabía no se sintió mal ni se puso a llorar, simplemente me propuso tener una relación abierta para que yo también pueda tener mis amantes. Dice que ella siente que no puede renunciar a mí ni a él, que él sabe de mi existencia y no le importa, y que solo falta que yo esté de acuerdo también. Ella dice que no quiere mentirme ni engañarme, que quiere ser transparente, pero hasta que no la he pillado no me ha contado nada sobre esta relación. Yo no quiero tener más relaciones, y aún estoy tratando de digerir todo esto que me está pasando, pero temo que si le digo que no quiero una relación abierta me deje. Y claro, abrir la relación solo para que ella disfrute de su amante con libertad me hace sentir humillado. Otra cosa hubiese sido si me lo hubiese planteado tiempo atrás, sin que hubiese terceras personas, pero siento que su propuesta es muy oportunista. Antes ella era celosa, y ahora no lo es, y yo me siento un poco tonto en esta situación nueva. No sé si seguir con ella y aceptar a su amante, si decirle que quiero seguir con ella pero sin su amante, o bien dejar la relación y tratar de olvidarla, por mucho que me duela.
Supongo que la opción de obligarle a elegir entre tú y el amante no te va a servir de nada: ya te ha dicho que no quiere renunciar a ninguno de los dos. Dejar la relación puede ser doloroso, pero seguir en ella con otras condiciones también puede ser muy doloroso. La decisión última está en ti, en si te ves con fuerzas para cambiar de una relación cerrada a una abierta, si crees que podrías disfrutar tú también al tener otras parejas, si crees que puedes manejar los celos y el miedo a perder a tu chica. Se trataría de evaluar si tienes herramientas para afrontar el cambio: si te resulta una tortura adaptarte, lo mejor es que lo dejes, no merece la pena sufrir por amor durante mucho tiempo.