¿De verdad soy una egoísta?
Noelia, es cierto lo que dices: sufres la presión familiar y social para que te emparejes porque eres mujer. Los hombres siempre han tenido más libertad para tener una pareja o tener muchas, o las dos cosas a la vez: a nosotras se nos empuja a la monogamia y nos educan para que la pareja sea el centro de nuestras vidas. Cuando decidimos tener relaciones abiertas y sentirnos libres, piensan que es una etapa y que tiene que terminar en algún punto para que finalmente entremos de cabeza en el mundo real, que es el mundo hecho por y para las parejas que se juntan para reproducirse y formar una familia feliz. No nos dejan desviarnos de este objetivo porque el mundo tal y como está organizado se vendría abajo: nos quieren de dos en dos, a nosotras en monogamia y entregadas a la maternidad, mientras somos productivas y seguimos los pasos que tienen que seguir todas. Y claro, cuando no pasamos por el aro, hay muchas formas de presionarnos: nos llaman egoístas porque nuestra vida no está enfocada en cuidar a los demás y porque para nosotras el disfrute siempre ha estado vetado. Para nosotras lo deseable es la entrega personal al proyecto familiar, y si optamos por otros proyectos, y si reivindicamos nuestro derecho a disfrutar de la vida como queramos, se llevan las manos a la cabeza. Las mujeres libres, y las mujeres sin pareja, son una amenaza para el sistema porque demuestran a las demás mujeres que no hay un único camino, que podemos trazar nosotras nuestros propios senderos. Nos convertimos en un peligro porque podemos contagiar a las demás, por eso nos hacen creer que la soltería debe ser un estado transitorio y que no tener una pareja estable y duradera es un fracaso. Y no lo es: el fracaso es estar en relaciones en las que no quieres estar. Entonces mi consejo es que no te desgastes mucho en intentar que comprendan que tú eres feliz como estás ahora. Marca tus límites: tienen que respetar tus decisiones y el estilo de vida que has elegido igual que tú respetas el suyo, les guste o no. Diles que entiendes que ellos tienen un concepto de la felicidad diferente al tuyo, pero que no vas a cambiar para que ellos sean felices ni vas a hacer lo que debe hacer todo el mundo para que ellos se sientan bien. Así que no esperes que te comprendan, pero marca ese límite para que no lo sobrepasen: el respeto es fundamental en cualquier relación. Tu vida es tu vida, nadie va a vivirla por ti: eres tú la que lleva el timón. Feliz viaje, amiga. Coral