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¿De verdad soy una egoísta?

Me llamo Noelia y he tenido dos relaciones largas en las que he sufrido porque los dos chicos con los que he estado eran muy celosos y controladores, y era una pelea intentar que respetasen mi libertad y mi pasión por el surf: los dos estaban siempre poniendo trabas y reclamando más tiempo y dedicación a la relación; me sentía siempre la mala por no atender sus exigencias románticas. Decidí no tener más parejas “formales” y me siento muy bien: ahora solo tengo relaciones livianas, de amistad con sexo, y adoro mi libertad. Pero después de tres años todo el mundo me quiere empujar a formalizar mis relaciones, me dicen que ya es hora de sentar la cabeza, que no puedo seguir teniendo las parejas que me dé la gana, que no me duran nada, que algo está fallando. Yo me veo mejor que nunca, me siento bien con mi vida, no quiero más monogamia ni relaciones tradicionales, pero me dicen que tengo un problema y que debería ir al psicólogo para trabajar en ello. Yo les explico que no necesito pareja, que ya he estado tres años con una y dos años con otra, y que ahora el centro de mi vida soy yo. Pero me dicen que soy una egoísta, que tengo que pensar en los demás, y que si quiero tener hijos este es el momento. El caso es que yo no quiero tener hijos, pero me dicen que no puedo ir de adolescente toda la vida. Y bueno, conozco gente que no se ha casado o que no ha tenido hijos, y los veo muy bien, la verdad, pero no sé cómo defenderme porque yo no me siento ni adolescente ni egoísta. No entiendo esa necesidad que tiene la gente de verme emparejada, si se está muy bien así: yo disfruto mucho con mis amantes y mis rollos, y disfruto mucho con mi libertad. Veo que a mis amigos solteros no les presionan tanto, yo sé que es porque soy mujer. Tengo muy claro que no me quiero complicar la vida como antes, y que quiero disfrutarla. ¿Cómo tengo que hacer para que comprendan que soy feliz así? Gracias, Coral.
Noelia

Noelia, es cierto lo que dices: sufres la presión familiar y social para que te emparejes porque eres mujer. Los hombres siempre han tenido más libertad para tener una pareja o tener muchas, o las dos cosas a la vez: a nosotras se nos empuja a la monogamia y nos educan para que la pareja sea el centro de nuestras vidas. Cuando decidimos tener relaciones abiertas y sentirnos libres, piensan que es una etapa y que tiene que terminar en algún punto para que finalmente entremos de cabeza en el mundo real, que es el mundo hecho por y para las parejas que se juntan para reproducirse y formar una familia feliz. No nos dejan desviarnos de este objetivo porque el mundo tal y como está organizado se vendría abajo: nos quieren de dos en dos, a nosotras en monogamia y entregadas a la maternidad, mientras somos productivas y seguimos los pasos que tienen que seguir todas. Y claro, cuando no pasamos por el aro, hay muchas formas de presionarnos: nos llaman egoístas porque nuestra vida no está enfocada en cuidar a los demás y porque para nosotras el disfrute siempre ha estado vetado. Para nosotras lo deseable es la entrega personal al proyecto familiar, y si optamos por otros proyectos, y si reivindicamos nuestro derecho a disfrutar de la vida como queramos, se llevan las manos a la cabeza. Las mujeres libres, y las mujeres sin pareja, son una amenaza para el sistema porque demuestran a las demás mujeres que no hay un único camino, que podemos trazar nosotras nuestros propios senderos. Nos convertimos en un peligro porque podemos contagiar a las demás, por eso nos hacen creer que la soltería debe ser un estado transitorio y que no tener una pareja estable y duradera es un fracaso. Y no lo es: el fracaso es estar en relaciones en las que no quieres estar. Entonces mi consejo es que no te desgastes mucho en intentar que comprendan que tú eres feliz como estás ahora. Marca tus límites: tienen que respetar tus decisiones y el estilo de vida que has elegido igual que tú respetas el suyo, les guste o no. Diles que entiendes que ellos tienen un concepto de la felicidad diferente al tuyo, pero que no vas a cambiar para que ellos sean felices ni vas a hacer lo que debe hacer todo el mundo para que ellos se sientan bien. Así que no esperes que te comprendan, pero marca ese límite para que no lo sobrepasen: el respeto es fundamental en cualquier relación. Tu vida es tu vida, nadie va a vivirla por ti: eres tú la que lleva el timón. Feliz viaje, amiga. Coral

Coral Herrera

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