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El amor es una mierda

Estoy muy pesimista y lo veo todo negro: hoy siento que el amor es una cárcel, que es una estafa, que nos han engañado a todas y nos seguirán engañando con ese paraíso romántico en el que no nos falta de nada y seremos felices para siempre junto a nuestro amado. Te leo y me da envidia tu optimismo, Coral, porque yo no tengo ya esperanza alguna de que el amor pueda transformarse. La gente es superegoísta y cada cual va a lo suyo, nadie sabe cuidar a su gente querida si no es por algún interés en concreto; las parejas están inmersas en guerras horribles: se mienten, se engañan, se traicionan constantemente. Y más allá de la pareja, tratamos fatal a la infancia y a las personas mayores, y a veces veo tanto odio cuando la gente habla de ellos. Y tratamos fatal a las inmigrantes, a la gente pobre. Veo tanta fobia y tanto racismo y machismo por todos lados, que a veces cuando te escucho hablar sobre el amor como algo revolucionario, me pregunto que cuántos porros te fumas escribiendo lo que escribes. Que suena muy bonito, pero que en la realidad el amor es una mierda. Al principio me sentí muy seducida por tu idea, pero hoy siento que no sabemos querernos de verdad y no lo vamos a lograr nunca. No sé si te escribo para que me quites esa idea de la cabeza o simplemente para desahogarme. Pero, de verdad, no sé de dónde sacas tanta esperanza en la humanidad. Te mando un abrazo grande, Coral.
Concha

¡Hola, Concha! Te mando otro abrazo de vuelta. Entiendo cómo te sientes; yo hay días en que también pierdo la fe en la humanidad, especialmente si empiezo el día leyendo los periódicos o entrando en las redes sociales viendo cómo la gente se despelleja viva y se hace daño. Sí, yo hay días en que creo que no hay esperanza, como tú, supongo que nos pasa a todas. Sé que el amor ahora es una construcción capitalista y patriarcal, que promueve las relaciones utilitarias y de dependencia mutua, que no sabemos cuidarnos cuando estamos en pareja, que resulta muy complicado quererse bien porque no nos han enseñado a tratarnos bien, y no sabemos gestionar nuestras emociones para que no hagan daño a nadie.

Sé que el amor es una trampa y que las mujeres caemos como yonquis. Pero ¿qué hacer ante este panorama?, ¿renunciar a las relaciones sexuales y sentimentales?, ¿olvidarnos de la pareja? Soy una persona luchadora, y creo que eso es lo que me mantiene positiva: el pensar que sí se pueden cambiar las cosas; que la humanidad está en constante movimiento; que aunque a veces caminamos en círculos y volvemos a repetir los errores de la historia, también vamos aprendiendo algunas cosas en el camino. Siento que el amor se puede liberar de toda su carga patriarcal y capitalista, que podemos derribar el romanticismo tradicional y activar nuestra imaginación para atrevernos a soñar otras formas de querernos.

Y sí, hay poca gente que está luchando por un mundo mejor, por explorar otras formas de relacionarnos y de organizarnos, pero mientras haya gente, por poca que sea, creo que tiene sentido luchar y hacer pedagogía, y concienciar a los demás para que se atrevan a dejar de sufrir por amor y dejar de hacer sufrir por amor a los demás. No veo otra posibilidad que ir hacia delante, soñando por un mundo más amoroso, porque hay tanta gente que ya no cree en nada, y tanta gente que cree que no podemos hacer nada por salvarnos… Si los demás están dormidos, creo que hay que seguir haciendo ruido para molestarlos y despertarlos, y contagiarles con la idea de que un mundo mejor es posible. Jajaja... Me pillaste en un día bueno, de esos en los que soy capaz de ver los frutos de las semillas que estamos sembrando entre todas para dejar de sufrir por amor y empezar a gozar de nuestras relaciones. Un abrazo, compañera.

Coral Herrera

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