El amor es una mierda
¡Hola, Concha! Te mando otro abrazo de vuelta. Entiendo cómo te sientes; yo hay días en que también pierdo la fe en la humanidad, especialmente si empiezo el día leyendo los periódicos o entrando en las redes sociales viendo cómo la gente se despelleja viva y se hace daño. Sí, yo hay días en que creo que no hay esperanza, como tú, supongo que nos pasa a todas. Sé que el amor ahora es una construcción capitalista y patriarcal, que promueve las relaciones utilitarias y de dependencia mutua, que no sabemos cuidarnos cuando estamos en pareja, que resulta muy complicado quererse bien porque no nos han enseñado a tratarnos bien, y no sabemos gestionar nuestras emociones para que no hagan daño a nadie.
Sé que el amor es una trampa y que las mujeres caemos como yonquis. Pero ¿qué hacer ante este panorama?, ¿renunciar a las relaciones sexuales y sentimentales?, ¿olvidarnos de la pareja? Soy una persona luchadora, y creo que eso es lo que me mantiene positiva: el pensar que sí se pueden cambiar las cosas; que la humanidad está en constante movimiento; que aunque a veces caminamos en círculos y volvemos a repetir los errores de la historia, también vamos aprendiendo algunas cosas en el camino. Siento que el amor se puede liberar de toda su carga patriarcal y capitalista, que podemos derribar el romanticismo tradicional y activar nuestra imaginación para atrevernos a soñar otras formas de querernos.
Y sí, hay poca gente que está luchando por un mundo mejor, por explorar otras formas de relacionarnos y de organizarnos, pero mientras haya gente, por poca que sea, creo que tiene sentido luchar y hacer pedagogía, y concienciar a los demás para que se atrevan a dejar de sufrir por amor y dejar de hacer sufrir por amor a los demás. No veo otra posibilidad que ir hacia delante, soñando por un mundo más amoroso, porque hay tanta gente que ya no cree en nada, y tanta gente que cree que no podemos hacer nada por salvarnos… Si los demás están dormidos, creo que hay que seguir haciendo ruido para molestarlos y despertarlos, y contagiarles con la idea de que un mundo mejor es posible. Jajaja... Me pillaste en un día bueno, de esos en los que soy capaz de ver los frutos de las semillas que estamos sembrando entre todas para dejar de sufrir por amor y empezar a gozar de nuestras relaciones. Un abrazo, compañera.