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A ella le encanta sufrir por amor

A mi exnovia le encanta sufrir y pasarlo mal. Me dejó porque nuestra relación era muy aburrida, pero nos convertimos en amigos. Lleva dos años que no para de enamorarse y desenamorarse, y vive siempre en guerra contra sí misma y contra sus parejas. Es muy destructiva. Cuando hablamos de ello me dice que ella necesita una vida intensa, que le encanta la droga del amor, que le encanta sufrir y que “así somos las yonquis del amor”. Es muy feminista, pero está siempre de rodillas frente a un hombre. 

Se junta con machos superpatriarcales que la tratan fatal, en la cama y fuera de la cama. Le gustan los hombres machistas, chulos, mentirosos; le encanta que sean controladores o que pasen de ella olímpicamente. Le encanta montar pollos a estos tíos, le encantan los dramas a las tres de la mañana, y cuando da o recibe insultos y hostias no lo ve como violencia, sino como cosas de la pasión. Yo le pido que vaya a terapia pero no quiere. 

Ya lleva tres abortos, y a todos la acompaño yo, jamás sus novios. Uno le rompió la nariz y otro le hizo un desgarro anal, pero ninguno le acompañó al hospital; me tocó a mí, como siempre. Hoy he tomado la decisión de dejar de ayudarle, porque siento que estando ahí para ella estoy colaborando en su proceso de autodestrucción. Le voy a decir que ya no me llame más y que mejor vamos a tomarnos un tiempo. Igual, si se ve sola, se da cuenta de lo que está haciendo. Me siento un poco culpable por no poder sacarla de ahí y me da mucha pena, porque necesita muchos cuidados. Pero ella no se cuida a sí misma, no logro que abra los ojos, y va cada vez a peor. ¿Qué me aconsejas? 

Xabi

Pues creo que haces bien: no es nada fácil ver a una persona a la que quieres metida en un proceso de autodestrucción tan bestia. Lo normal al principio es intentar ayudarla, escuchar y conversar con ella mil horas, tener paciencia y tratar de que abra los ojos. Pero cuando la cosa se prolonga en el tiempo, es obvio que lo mejor que podemos hacer es no colaborar y retirarnos a un lado. 

Hay gente que reacciona cuando se da cuenta de que nadie le sigue el rollo, y que su gente querida se está alejando cada vez más. De pronto se dan cuenta de que se están quedando solas y que se están destrozando la vida, y entonces por fin reconocen que tienen un problema y piden ayuda. Pero también es cierto que hay mucha gente que no reacciona y que prefiere victimizarse, sin preguntarse por qué han llegado a estar tan solas, y decide seguir con su camino hacia la destrucción absoluta. 

Es muy duro ver cómo se destruye una persona a la que quieres mucho. Es muy duro vivir con miedo a que te llamen y te cuenten que le ha pasado algo grave. Cuando esta situación se prolonga en el tiempo, es un verdadero infierno, sobre todo por el sentimiento de culpa y de impotencia que nos invade. 

Nos gustaría ayudar, pero el cambio nunca depende de nosotros. Es su elección, es su decisión. Tú puedes escucharle, intentar que abra los ojos, que se vea a sí misma desde fuera; puedes aconsejarle que pida ayuda profesional y ofrecerle acompañamiento amoroso, pero no vas a salvarla de sí misma si ella no quiere. 

Es ella la que tiene que averiguar por qué le gusta tanto sufrir y de dónde viene ese afán de autodestrucción. Podría empezar a investigar y a trabajarse la violencia que está ejerciendo contra sí misma; podría también darse cuenta de que el amor está en la gente que te cuida, no en la que te hace daño. Pero es ella la que tiene que dejar de autoengañarse. 

Tú también tienes que cuidarte. Quizás si te alejas se de cuenta de la violencia que está ejerciendo contra sí misma con la excusa del amor romántico, pero si no se da cuenta, entonces tú tienes que seguir con tu vida y cuidarte mucho a ti mismo. Ánimo, Xabi, un abrazo muy grande.

Coral Herrera

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