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Futuro y amor romántico

¿Sobrevivirá el amor romántico en el futuro? Me pregunto esto porque cada vez hay menos gente que cree en el amor romántico, y cada vez son más los hombres que no desean enamorarse ni tener pareja estable ni quieren nada más que sexo. Como veo que la mayor parte de las mujeres se adaptan a lo que ellos desean, y ahora tampoco quieren relaciones profundas, imagino que dentro de poco el amor romántico será cosa del pasado. ¿Tú qué opinas? 

Rafa

Pues tienes razón, Rafa, cada vez más gente opta por relaciones ligeras, abiertas y de corta duración. Pero creo que lo practican sobre todo las personas que se divorcian y no quieren volver a meterse en el jaleo descomunal de la familia feliz. En la franja de la treintena, hay muchas mujeres buscando a su media naranja para crear su hogar junto a un macho. Basta con echar un vistazo a las cifras de bodas y al dineral que se sigue gastando la gente en casarse, irse de luna de miel y formar un nido para la procreación, para hacerte una idea de la potencia del mito romántico. 

Creo que en el futuro seguirá existiendo el amor romántico, porque nuestra sociedad se sostiene sobre un sustrato lleno de mitos, de sueños y espejismos. La industria mantiene estas ilusiones colectivas para incitarnos al consumo y para dirigir nuestras vidas de manera que todo el mundo siga emparejándose, casándose y pasando los fines de semana en los centros comerciales. Las ganancias de la industria del amor en San Valentín nos demuestran que aún las mujeres siguen creyendo en el amor romántico, y algunas viven realmente desesperadas por encontrar a su príncipe azul. 

La tecnología ahora nos permite enamorarnos de robots: en Japón, los hombres están comprando androides femeninas para usarlas como pareja, y están felices: sus esposas no protestan, no les llevan la contraria, no salen de casa, obedecen las órdenes fielmente, les hacen compañía, son complacientes, amables y sumisas, y nunca dicen no cuando quieren tener sexo. Son la encarnación del sueño húmedo masculino: una servidora que no tenga pasado, que se desviva por ti, que atienda tus necesidades, que se someta a tus deseos, que simule estar enamorada de ti para siempre y que te tenga como un rey. 

También muchas mujeres disfrutan de los romances virtuales, lo mismo con hombres que viven muy lejos, que con máquinas. De lo que se trata es de vivir la ilusión de un amor perfecto, de disfrutar de un hombre que se preocupe por ti, que te escuche con atención amorosa, que le interese lo que le cuentas, que te responda y te de conversación, que parezca sensible y enamorado de ti. Un hombre amable que te piropee a diario y te recuerde lo especial que eres, lo auténtica que eres, lo maravillosa que te ves. Un hombre que te anime los días de bajón al estilo coach, un hombre que te haga reír y que pueda conversar de todo lo que a ti te interesa, un hombre que te proteja y te haga sentir que eres única en el mundo, y que eres el centro absoluto de su vida. El sueño húmedo de las mujeres románticas. 

Al poder le interesa que sigamos soñando con la media naranja y la familia feliz, porque el mito romántico es un dispositivo de control social para la transmisión y perpetuación del patriarcado. Así que creo que, en lugar de ir perdiendo fuerza, irá aumentando, porque es un mecanismo perfecto para que las mujeres sigan de rodillas frente a los hombres, y sigan soñando con la salvación y con el paraíso. Y así todo seguirá siempre igual. 

Los estudios nos indican que la gente folla cada vez menos, y que la soledad mata más que cualquier virus. Y por eso pienso que el amor romántico será cada vez más platónico, y durará mucho más. En la medida en que aumenten las parejas humano-androide, será más difícil encontrar humanos dispuestos a vivir un amor en la realidad. Pero follar siempre será más placentero con una persona que con una máquina; bueno, digo yo, que vete tú a saber con los avances tan bestiales de la tecnología. 

En el futuro, los mitos serán más potentes porque son la base de nuestra economía. Cuando consumimos, no adquirimos productos, lo que compramos son sueños y mitos, experiencias emocionales, paraísos artificiales, estilos de vida. Así que, aunque no podamos disfrutar del amor romántico en la realidad, sí podremos disfrutarlo en nuestro mundo virtual. Si queremos sexo, tendremos que pagar por ello. Y si queremos abrazos y calor humano, también: ya hay empresas en Japón que te mandan a casa a un ser humano para que te dé un abrazo largo y sentido, o para que converse contigo un rato. La sociedad de consumo te permite sumergirte en los espejismos que quieras, siempre que tengas dinero para pagarlo. No podrás pagar para que se enamoren de ti, pero sí para sentir la ilusión durante un rato. 

Será tan fácil tener experiencias virtuales, que tener una experiencia real con otro ser humano que se enamore de ti se convertirá en toda una odisea y un reto. Sería maravilloso poder viajar al futuro para comprobarlo, ¿verdad? 

Coral Herrera

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