He tenido mucha suerte en el amor

Llevo mucho tiempo queriendo escribirte pero me daba vergüenza porque soy una de esas personas que ha tenido suerte en el amor. Soy consciente de que soy una excepción, y que mi experiencia amorosa no confirma la regla en absoluto. Pero a veces pienso que a la gente le gustaría conocer la existencia de parejas que llevan juntas muchos años y son felices.
Nosotros llevamos como treinta años juntos y estamos muy a gusto. Nos llevamos bien, no hemos tenido grandes broncas ni largas luchas de poder. Te preguntarás cómo hemos podido estar juntos tanto tiempo, yo creo que es porque no le hemos dado mucha importancia a la relación. Cuando nos emparejamos no estábamos locamente enamorados. Estábamos inmersos cada uno en nuestra tesis doctoral, y ya se sabe que cuando tu corazón está ocupado e invadido por la tesis, estás como atrapada en un agujero negro. Nos absorbía todo el tiempo, y para ambos la pareja era algo secundario.
Cuando nos doctoramos nos fuimos a vivir juntos y el día antes yo me senté a explicarle dos cosas: una, que no iba a aguantar borracheras, y la otra, que no iba a ser su criada. Dijo que lo entendía y que le parecía bien, y empezamos a negociar sobre cómo íbamos a convivir. Fue bastante fácil repartirnos las tareas. Como es un hombre muy respetuoso y responsable, no hay malentendidos: hace su trabajo en casa con normalidad.
Creo que hay dos cosas que nos han ayudado a permanecer juntos. Por un lado, hemos tenido mucho tiempo a solas y en pareja. Hemos podido viajar sin el otro, a solas o con nuestra red de amigos y amigas, hemos podido hacer muchas cosas sin tener que cambiar de pareja, e incluso hemos podido descansar del otro.
Y el segundo motivo creo que es que no hemos tenido hijos. Cuando una pareja tiene hijos, las mujeres se rebelan ante la sobrecarga y la explotación, y se desenamoran de los hombres, les tienen rencor. Y es normal, es una injusticia muy grande. Yo no quería ser madre y Fran lo respetó. Nunca me trató como una criada, sino como una compañera, y no es celoso ni controlador. Tiene sus defectos, pero sabe hacer autocrítica y trabajar. Y es cuidador.
Creo que somos una pareja tranquila; somos los dos muy relajados y llevamos un ritmo de oso perezoso, así que por eso nuestras discusiones son también tranquilas. En todo este tiempo sí que hemos tenido algunas épocas de más distanciamiento, pero son eso: épocas en las que no nos sentimos tan cercanos. Hay otras en las que estamos más conectados. Yo creo que por eso hemos estado juntos tanto tiempo, porque hemos tenido espacio para ser nosotros mismos y hemos pasado por fases diferentes.
Y nada, lo quería contar porque hay mujeres que sí logramos encontrar un compañero y tener una relación tranquila, y pasarlo bien. Que yo sé que no es lo más común, lo de encontrarte un hombre estupendo, simple, buena persona. Pero oye, si te lo encuentras, hay que disfrutarlo. Y no nos debe dar vergüenza decir en voz alta: “yo tengo una pareja y me siento superbien con ella”. O admitir abiertamente que eres feliz con tu pareja después de veinte años juntos. No es frecuente, lo sé. Por eso hay que decirlo y compartirlo.
Pues tienes toda la razón: en el consultorio hablamos siempre de problemas, pero nunca de parejas que están a gusto juntas. Haberlas haylas, claro. Muchas gracias por compartirlo con nosotras, Olaia, ha sido todo un lujo poder leerte y conocer tu historia, y tomar conciencia de que en el mundo hay más parejas como vosotras, “parejas tranquilas”, como tú las llamas, que comparten la vida sin grandes sobresaltos ni batallas. Gracias por hablar de tu experiencia.