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Infidelidades en la noche

Fieshta
Ilustración por ATA

Ya me han dejado varias parejas por la misma razón, y ahora que estoy tan enamorada, no quiero que me suceda lo mismo. Mi problema es que cuando salgo con mis amigas por la noche y bebo un poco, me enrollo con chicos en las discotecas y en las fiestas. Yo creo en la fidelidad, pero cuando salgo de noche me transformo en otra persona y al final siempre ando con chicos dándome besos, metiéndome mano o teniendo relaciones en los baños, especialmente si tomo MDMA, que me pone muy afectuosa. Les he pedido ayuda a mis amigas, pero se ríen de mí y me dicen que no pueden andar detrás de mí haciendo de vigilantes. Algunas de ellas también son infieles a sus novios, pero no se sienten tan mal como yo al día siguiente. Yo me siento fatal, la verdad, muy arrepentida. Y suelo confesar mis pecados a mis parejas, pero claro se enfadan y al final me dejan. Mis amigas me dicen que no confiese nada, pero si no soy sincera me siento muy mala persona. Ahora estoy muy enamorada de Kike; ya le he puesto los cuernos dos veces y no se lo he dicho porque lo veo muy posesivo. Cuando empiezo una relación siempre hago un pacto de fidelidad, porque yo también soy muy celosa, pero luego nunca lo cumplo y me acabo sintiendo una traidora. ¿Qué harías tú en mi lugar?

Maribel

Yo creo que lo tuyo es el poliamor: una forma de relación de pareja abierta en la que no existen los conceptos como “cuernos”, “pecado”, “confesión”, “arrepentimiento” o “traición”. Si eres poliamorosa, no hay necesidad de mentir a tu pareja ni de que tu pareja te mienta a ti: cada uno de vosotros podéis tener otras relaciones sexuales o sentimentales sin sentiros mal. Algunas parejas poliamorosas se cuentan detalladamente sus relaciones; otras optan mejor por no contarse nada: cada pareja establece sus pactos, su grado de sinceridad y transparencia, sus acuerdos para relacionarse y para convivir. Si eres monógama e infiel, siempre te vas a sentir egoísta y culpable, porque firmas unos pactos que no eres capaz de cumplir. La solución no es dejar de hacer lo que te gusta, sino ser coherente y honesta contigo misma y con los demás. Para ser poliamorosa, hay que ser generosa, es decir, asumir que tú no eres la única que tiene deseo sexual fuera de tu relación principal. También en una relación monógama hay que respetar la libertad ajena, y pensar que la otra persona tiene los mismos derechos que tú. Por eso hay que trabajarse mucho los celos. Para disfrutar del poliamor es importante entonces que aprendas a amar la libertad de la otra persona tanto como amas la tuya, y que te relaciones con chicos que no sean posesivos ni limiten tu libertad: gente con la que poder hablar las cosas y establecer pactos para disfrutar del amor sin hacerse daño y sin hacer daño a los demás.

Fieshta
Coral Herrera

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