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¿Manipuladora o manipulada?

Mi novio es muy cabezón y siempre gana todas las batallas porque yo me canso de luchar y acabo siempre cediendo para no discutir. Cuando no quiero renunciar, resulta agotador pasar tanto tiempo tratando de convencerlo, así que tengo dos opciones: o sacrificar mis apetencias o hacer planes por mi lado. Cuando hago lo que realmente quiero hacer al margen de él, me llama egoísta y dice que voy a lo mío, y consigue que me sienta culpable.
Ahora apunto todas las veces que cedo para que él vea el desequilibrio profundo de nuestra relación, pero ni siquiera viendo la lista me da la razón. Él siempre me acusa de que le obligo a hacer lo que yo quiero… ¿Cómo salir de esta rueda? Llevamos así tres años y estoy harta.

Gema

Si en la lista no aparecen cesiones suyas, entonces es obvio que hay un desequilibrio y que utiliza la estrategia más perversa que hay para manipularte y lograr que la realidad se ajuste a sus deseos: hacerte sentir que eres tú la manipuladora, la dominante, la egoísta y la culpable absoluta de las batallas que sostenéis. Con esa lista, siempre podrás tener una noción más realista de lo que está sucediendo. Desde mi punto de vista, el amor no es sinónimo de sacrificio, y renunciar a ti y a tus gustos no es una prueba de amor. Tienes que ver si te compensa estar con alguien que nunca reconoce sus fallos, que no cede jamás y que no valora tu capacidad para ceder en las negociaciones. Probablemente estés más a gusto haciendo las cosas que te hacen feliz a solas o con amigas, pero es algo que solo tú puedes valorar: lo importante es tu bienestar, tu felicidad y tus gustos, y la relación con el otro es siempre algo secundario que puede complementar o aumentar tu felicidad. Si la disminuye, es probable que no te compense. Así pues, la decisión de seguir o no está en ti: puedes acabar con la relación o puedes cambiar el modo en el que te relaciones.

Si yo nunca
Ilustración: ATA
Coral Herrera

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