Mi chico se avergüenza de mí
Raúl es un tío estupendo con el que me enrollo una vez por semana, generalmente solo los domingos, en su casa o en la mía. Nunca salimos juntos a ningún sitio ni estamos con más gente, y siempre hacemos lo mismo: uno de los dos prepara la cena, hablamos de nuestras vidas, luego nos vamos a la cama a retozar, nos dormimos, y al día siguiente cada uno va por su lado. Todo bien si no fuese porque llevamos así dos años… El otro día se me ocurrió decirle que es bien raro que no compartamos nada de nada, y que ni mi gente ni su gente nos haya visto a plena luz del día juntos. Después de muchas vueltas acabó por decirme la verdad: que estaba muy a gusto conmigo, pero que le daba un poco de vergüenza ser mi novio porque estoy gorda. Que sí, que a él le encanta mi cuerpo, que le pone mucho el sexo conmigo y que le encanta como soy, pero que le da cosa que sus amigos se rían de él. Luego me dijo que quizás si yo lograse adelgazar un poco, que podríamos intentarlo, así que me enfadé mucho con él, le mandé a la mierda y me fui de su casa llorando de la rabia.
Él me ha pedido perdón y me reconoció que era un idiota porque le afecta mucho el rollo del qué dirán, y que él quiere seguir conmigo así como estábamos, con nuestro “amor secreto”. Yo por un lado sigo enfadada con él, porque si yo me acepto tal y como soy, no comprendo cómo él puede avergonzarse de mí. Bueno, sí le entiendo porque yo he estado muchos años en terapia hasta que he aprendido a quererme a mí misma. A mí no me apetece torturarme con mi obesidad, yo como sano y hago natación, y no veo la necesidad de someterme a dietas espantosas ni a ejercicios para machacarme, y además ya lo he hecho en otros momentos de mi vida y no ha servido de mucho. Y sí, podríamos seguir, lo pasamos muy bien cuando estamos juntos y a solas, pero yo siento que la relación se estanca y que no tengo por qué buscar soluciones a un problema que es suyo. ¿Tú que me aconsejas?
Efectivamente, el problema lo tiene él. Es él el que no te acepta tal y como eres, así que él es el que tendría que pedir ayuda para superar sus miedos, inseguridades y complejos, y su sometimiento a la tiranía del qué dirán. Tú podrías sopesar cuánto tiempo te apetece esperar a que él se lo trabaje, si es que está dispuesto a trabajárselo. Si no está dispuesto, es mejor dejar la relación, porque, aunque suena muy lindo lo del “amor secreto”, en realidad se avergüenza de ti, y es bien doloroso cuando alguien no se siente orgulloso de tener al lado una tía estupenda como tú.
Su vergüenza es un problema que tú no vas a poder resolver, sus miedos no dependen de ti… Todo el trabajo lo tiene que hacer él; quizás lo que podrías hacer tú es pensar en si te apetece esperar a que él deje de sentirse avergonzado, y si te merece la pena. En realidad, aunque a él le parezca muy complicado, es todo muy sencillo: si quieres a alguien, y quieres disfrutar de la relación, no tienes por qué ocultar la relación, ni hay necesidad alguna de ponerle obstáculos que nos impidan disfrutar a ninguno de los dos.