¡Mi novia se ha vuelto feminista!
Mi novia se está haciendo feminista y creo que nuestra relación se está deteriorando cada vez más. Ahora se ha juntado a un grupo de feministas y está cambiando demasiado para mi gusto. Ella dice que su objetivo no es dominarme, sino liberarnos los dos y ser iguales en todo. Lo que mejor llevamos es el sexo; la noto más desinhibida y con más ganas de hacer el amor. Lo que peor llevamos es el tema de las tareas domésticas, que se han convertido en lo más importante para ella: reorganizamos el reparto de cosas de la casa, y ahora se enfurece si tardo más en hacer mi parte. Yo reconozco que antes ella hacía más que yo, pero no era tan histérica en el hogar. Ahora hace lo suyo como para hacerme ver a mí que yo no hago lo mío con la misma eficacia y puntualidad que ella. El punto más conflictivo se sitúa en el baño: no soporta que llegue el día en el que me toca hacer el baño (los miércoles) y no lo haga. No entiende que a veces me tengo que quedar más horas en el trabajo y llego roto de cansancio a casa, y lo que menos me apetece es ponerme a limpiar la mierda del váter. Ella trabaja en casa de freelance y no entiendo por qué tengo yo que regresar después de una jornada de doce horas en la oficina a limpiar. Y aún menos que se ponga así como se pone: ¿es que las feministas tienen que estar siempre enfadadas?, ¿están las feministas en contra del amor?
Las feministas no estamos en contra del amor, al revés: creemos que lo personal es político y que igual que están cambiando las leyes de los países y las condiciones socioeconómicas de las mujeres, también en el área del sexo, las emociones y los sentimientos tiene que haber una transformación radical y profunda. Hasta ahora la batalla de los sexos se ha configurado en torno a una lucha de poder: a ver quién domina a quién, a ver quién manda en una relación. La propuesta del feminismo es acabar con ese concepto de poder, para que sea una cuestión compartida, y que podamos enfocar nuestras energías al amor y no a la lucha. Las mujeres sometidas están mucho más amargadas que las mujeres empoderadas; las mujeres dependientes son más infelices que las autónomas. Así que de este proceso que está viviendo tu chica, solo podéis salir beneficiados los dos. Claro, para ello tú tienes que renunciar a tus antiguos privilegios, y precisamente el tema de las tareas domésticas es hoy el epicentro de la problemática en las parejas: nosotras ya tenemos claro que no nacimos con un don especial para limpiar la mierda. No somos criadas de nadie ni nos encanta asumir toda la carga de la limpieza, la nutrición, la higiene y la salud en la casa: nosotras también trabajamos, y tenemos el mismo derecho que vosotros a tener tiempo libre para hacer nuestras cosas, o para no hacer nada si queremos. Es normal que llegues cansado de la oficina después de tantas horas y no te apetezca hacer el baño, ¿qué tal si reprogramáis y cambias al sábado o al domingo, día en el que estarás más descansado y con más tiempo para hacer tus tareas semanales en la casa?