Mujeres empoderadas y hombres en crisis

Actualmente estoy escribiendo mi tesis doctoral sobre masculinidades y tengo una duda que me lleva rondando la cabeza mucho tiempo y que no me atrevo a expresar en voz alta con mis colegas. Leí un artículo tuyo en el que afirmabas que el origen de la misoginia está en el miedo que inoculan a los niños varones desde muy pequeños, y en la forma en la que les enseñan a defenderse de las mujeres. Coincido con tu análisis de las narrativas infantiles en las que se les hace creer a los niños que las mujeres son malvadas, manipuladoras, astutas, perversas, caprichosas, salvajes e irracionales. Y que por eso los hombres aprenden pronto a defenderse del amor y de las mujeres.
No comprendo por qué en estos últimos años el feminismo se ha volcado tanto en el liderazgo y el empoderamiento de las niñas, y en hacerles creer a las mujeres que son fuertes y poderosas, y que pueden mandar como los hombres. Veo además que muchas jóvenes se hipersexualizan y se exhiben ante los hombres para despertar su deseo sexual, y creo que esto provoca aún más miedo en los chavales más jóvenes. Ese miedo es lo que les lleva a querer dominar a esas mujeres poderosas. Les hablan de igualdad pero lo que tienen a su alrededor son mujeres que exhiben su poderío. Y creo que esto, sumado a la crisis de masculinidad de estos tiempos, lleva a los hombres a reforzar también su propio poder y a aferrarse con más fuerza a sus privilegios de género. Cuanto más poderosas son ellas, más necesidad tienen ellos de oponerse a ese empoderamiento, por eso las estadísticas nos muestran que son cada vez más los chavales que abrazan los discursos antifeministas. ¿Tú qué opinas?
Hola, Derby, qué interesante tu planteamiento. Es cierto que desde el feminismo institucional se destinan muchos recursos al tema del liderazgo y el empoderamiento, y se hace desde una perspectiva vertical, porque lo que quieren es que surjan más lideresas para que haya paridad en los puestos de mando. Sin embargo, es un tipo de liderazgo jerárquico y, por tanto, patriarcal, puesto que los liderazgos deberían ser comunitarios y grupales, no individuales.
Es cierto también que desde las posturas prosex se les ha hecho creer a las chicas que hipersexualizándose van a poder dominar a los hombres como quieran, cuando en realidad lo que están haciendo es invitar a las mujeres a poner sus cuerpos al servicio del deseo masculino, y quien gana no son ellas, es la alianza criminal entre el patriarcado y el capitalismo.
Creo también que es estupendo que las mujeres aprendamos autodefensa física para hacer frente a las agresiones sexuales, y autodefensa emocional para evitar el abuso y la explotación. Creo que la toma de conciencia de poder en las niñas y las mujeres es fundamental porque a nosotras se nos educa para ser sumisas. Sin embargo, creo que lo importante es que nos enseñen (a todos y a todas) a usar nuestro poder para que no haga daño a nadie.
Porque lo que plantea el feminismo no es que nosotras seamos igual que los hombres y nos comportemos como ellos. Lo que queremos las feministas es que podamos replantearnos la noción misma de poder y la estructura sobre la que se asientan estas relaciones de poder.
Desde mi perspectiva, el objetivo no es empoderar a las mujeres para que imiten a los hombres, sino para que destruyan las estructuras de abuso y de explotación con las que funcionan el capitalismo y el patriarcado. El feminismo radical apuesta por la abolición de las jerarquías, el poder autoritario y las estructuras de dominación y sumisión.
Y en eso estamos, intentando convencer a la gente de que otras formas de relacionarse y de organizarse son posibles. Un abrazo, Derby, y gracias por invitarnos a pensar con tu pregunta.