No somos dos, somos cinco

Hace poco descubrí que mi mujer tiene un amante. Miré su teléfono y leí los mensajes que se manda con él, y me alegré muchísimo por ella y me sentí aliviado, porque yo también tengo una amante desde hace seis meses, y me sentía culpable pensando que yo estaba rompiendo el pacto de fidelidad y ella no. O sea, me sentí culpable pensando que yo estaba gozando del sexo y de la vida, y ella no.
Para mí es una liberación saber que ella está feliz, y quisiera poder decirle que lo sé, y que yo también tengo una amante, que se llama Mamen. Elsa y yo llevamos trece años de relación cerrada y quizás es un buen momento para abrirla, pero no estoy muy seguro de cómo va a reaccionar.
Ayer entré de nuevo en su teléfono y vi una conversación con su amiga en la que decía que se sentía muy culpable y estaba pensando en dejar a su amante. Ponía: “Pobre Ernesto, joder, no se merece esto. Si se entera se va a quedar hecho polvo, con la autoestima por los suelos. Él jamás me haría algo así, me siento la peor del mundo. Y a la vez no quiero hacerle daño a Quique, ni dejar de verle; esto es una tortura”.
Ahora no sé qué hacer, porque creo que si le digo que tengo una amante le va a doler, también se va a enfadar conmigo si se entera que le he mirado dos veces el móvil, y además mi imagen va a quedar hecha pedazos: ¡cree que yo nunca le haría algo así!
Temo que esto suponga una crisis grave o una ruptura, y yo no quiero romper la relación con ella porque la sigo amando. Tampoco quiero que deje a Quique, porque le conozco y es un tío estupendo. Y sé que Mamen se sentiría mucho mejor si fuese sincero con mi pareja, porque la pareja de ella sí sabe que estamos juntos. Es un lío, porque al final somos un montón de personas implicadas. ¿Tú que me aconsejas?
Yo te aconsejo que busques una tarde larga para conversar con tranquilidad y le cuentes que tienes una amante. Porque si no se lo cuentas, Elsa dejará a Quique y cuando se entere (porque ya sabes que, al final, en esta vida todo se sabe) se va a sentir una estúpida y le va a dar mucha rabia.
Así que reúne toda la valentía que hay dentro de ti y sé generoso: si tú estás disfrutando con tu amante, es justicia que ella pueda disfrutar con el suyo. A las mujeres nos come la culpa cuando disfrutamos de la vida, y nos cuesta mucho darnos el permiso para gozar, así que lo justo es que la liberes de esa culpa.
Aquí lo importante no es tu imagen, sino parar la tortura interna que ella está viviendo por culpa de la culpa. Entiendo que no quieras poner en peligro tu relación, pero tendrás que preguntarle a ella si quiere o no seguir contigo, y tendréis que hablar mucho para ver si podéis reformular el contrato amoroso y abrir la pareja, o si no podéis.
Ya verás como tú también te liberas: si no se lo dices te vas a sentir un egoísta, un mentiroso y un miserable. En cuanto se lo cuentes vas a notar un enorme alivio y una gran liberación: es como quitarse mil kilos de encima. Puede que ella se enfade, o puede que sienta una gran liberación como tú, puede que lloréis, o que os riáis, o que discutáis, o que pase todo a la vez, pero tiene que pasar. No hay vuelta atrás.
Hazlo con suavidad, tratando de ser honesto y tranquilo, siendo sincero y asumiendo las consecuencias de tus actos. Yo creo que si le pones amor al asunto va a ser más fácil, y estoy segura de que ella se va a alegrar mucho cuando se vea liberada de la culpa. Al final vais a salir ganando todos: tú, Elsa, Quique, Mamen, y la pareja de Mamen. Recuerda que no sois dos, sois cinco. Suerte y ánimo, campeón.