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Vivíamos los tres en alegre armonía durante estos últimos cinco años. Tenemos un niño y una niña de 8 y 11 años, y ahora mi compañera y mi compañero están en crisis: discuten mucho, tienen peleas absurdas y no logran entenderse. Yo trato de mediar, pero sin apenas éxito; se reprochan muchas cosas y a veces con una rabia de fondo que no sé de donde viene. Llevan tiempo sin compartir cama y él me comentó ayer que está pensando en separarse de ella e irse de la casa, porque siente que sobra en la familia y la convivencia es cada vez más difícil. Se ha ido una semana a Granada a pensar y a tomar aire, y ella ahora parece más tranquila. Un día me confesó que estaba un poco harta de los rumores, los chismes y las preguntas morbosas de la gente, que le agota esto de ir a contracorriente, y que siente que P ya no es el mismo de antes. A mí me pone muy triste porque quiero que todo siga como hasta ahora, pero sí que noto que el amor se ha esfumado entre ellos, ya no se miran ni se tratan como antes. Se me parte el corazón, porque yo los amo a los dos y no sé qué hacer para evitar la separación. Los niños también andan tristones, yo tengo claro que no quiero separarme de mis niños ni de R, pero me duele pensar que ya no voy a vivir con P. No conocemos a ningún terapeuta de tríos, y como vivimos en un pueblo pequeño, se nos hace difícil pedir ayuda para resolver la crisis, y no sé hasta qué punto ellos tienen ganas de arreglarlo. ¿Tú que nos aconsejas?

Daniel

Que habléis mucho los tres, que también habléis con los niños, que hablen entre ellos sin que estés tú delante, que te apoyes en tus amigos y amigas para desahogarte y para hablar, y que seáis muy respetuosos con lo que siente cada uno. En tu caso, comprendo que te sientas en medio y que quieras ayudar, pero quizás deberías ir preparándote para la fase más dura de cualquier cambio o ruptura, que es la aceptación. Porque es obvio que lo que sucede entre ellos dos no tiene que ver contigo, es decir, tú no puedes hacer nada por ayudarlos, ni por reavivar la llama del amor. Puedes acompañarlos, puedes apoyarlos, escucharlos, cuidarlos y darles buenos consejos, pero son ellos los que decidirán si les apetece seguir juntos o no. Y si no desean continuar, hacer que la separación sea lo menos dolorosa posible, y que los tres podáis hacerla con mucho cariño sin dejar al margen a los niños, que tienen derecho a saber qué está ocurriendo y cómo pueden ir cambiando las cosas. Mucho ánimo.

Ruptura en un trío
Ilustración: ATA
Coral Herrera

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