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Mi chica me ha dejado y no lo estoy llevando nada bien. Pienso en ella el noventa por ciento del tiempo: no logro concentrarme en nada, no tengo apenas hambre, no duermo bien y estoy cansada todo el día, no me concentro en el trabajo, sigo teniendo sueños eróticos con ella, siento que la deseo muchísimo y que tengo muchas ganas de verla. Hemos estado tres meses disfrutando como locas, pero como es cooperante la han destinado a Angola y se ha ido, y me dijo que lo mejor era no continuar la relación a distancia para no sufrir y pasarlo mal. Yo estoy que no sé cómo volver a mis rutinas, y tengo mucho trabajo acumulado, justo cuando menos productiva estoy. A ratos me dan unas ganas de llorar horribles y siento que no voy a poder vivir sin ella, porque hemos sido muy felices juntas; de verdad que estos tres meses juntas han sido de ensueño, quizás porque ya sabíamos desde el principio que nuestra historia de amor iba a ser muy corta y teníamos que separarnos en enero y la hemos disfrutado con una intensidad brutal. Ha sido tan fuerte que ahora siento un gran vacío. Nunca había disfrutado tanto con una relación, y a ratos me asaltan pensamientos románticos tipo: “lo dejo todo y me voy detrás de ella” o “voy a esperar a que regrese en Navidades”. Pero sé que lo que tengo que hacer es ser realista y asumir cuanto antes que estamos en continentes diferentes y que la vida sigue. La cuestión es: ¿cómo hago para volver a mi vida normal? Me siento una zombie total, quiero olvidarla y sacarla de mi vida, como si nunca hubiese entrado en ella, ¡pero es tan difícil! La echo tanto de menos... Y siento que no voy a poder vivir nada igual nunca más. Muchas gracias, Coral.
Sienna

Para volver a la vida normal primero hay que pasar el síndrome de abstinencia. Es un poco como cuando pasas un fin de semana entero de fiesta y luego tienes que sufrir la resaca la semana entera: te da la vida acordarte de lo bien que lo has pasado, pero tienes que volver a tu vida normal para ser productiva y acomodarte al ritmo de producción, aunque te duela la cabeza y te sientas baja de energía: el capitalismo no nos deja tiempo para vivir los duelos ni para recuperarnos de las pérdidas, enseguida tenemos que volver a la “normalidad”. Cuando vivimos experiencias maravillosas o extraordinarias como la del amor, volver a la normalidad es una tarea titánica, porque llevamos vidas muy rutinarias y grises. Después de vivir con tanta intensidad, no es fácil regresar a lo de antes, porque hay que disciplinar el cuerpo y la mente para volver a estar tranquilas y volver a ser funcionales. Es muy importante que te cuides mucho, que bebas mucha agua, que comas bien, que descanses, que hagas ejercicio para que te suban las endorfinas y que también puedas hablar con tu gente de cómo te sientes y expresar tu tristeza llorando lo que necesites. Es una cuestión de tiempo: la intensidad química irá bajando como cuando dejas una adicción, y te irás sintiendo mejor conforme pasen los días y las semanas. Piensa que también tu relación ha sido maravillosa porque tenía un final, y no os ha dado tiempo a conoceros en profundidad ni a tener desencuentros ni a aburriros juntas. Por eso piensa que has tenido mucha suerte de poder vivir un amor especial durante un tiempo y quédate con los recuerdos bonitos, intentando no mitificar la relación y tratando de tener los pies en el suelo. Creo que es difícil que después de vivir un tsunami romántico podamos seguir como si no hubiese pasado nada: lo que has vivido ha sido una experiencia maravillosa y no tienes por qué expulsar esa vivencia fuera de ti; ya forma parte de ti y lo mejor es que has podido disfrutar de cada segundo. Ha sido un gran regalo de la vida, que a veces nos pone gente maravillosa en el camino para que aprendamos y gocemos. Ya se terminó, y ahora toca seguir, tratando de que nuestras vidas tengan sentido, algo muy difícil en estos tiempos. Verás cómo vendrán nuevas experiencias y nuevos amores: ahora disfruta de los recuerdos bonitos que tienes y piensa en todo lo que te queda por vivir. Un abrazo enorme.

Coral Herrera

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