El álbum está compuesto por once canciones con efectos psicoactivos y aromas afrutados. Once piezas que muestran la identidad del país, la marginalidad de muchos de sus ciudadanos y la realidad del día a día. Un recorrido musical por Venezuela, para el que Ramsés y Orestes han contado con la colaboración de grandes figuras como Akapellah, Apache, IceOD. Después de Superlirical (2011) y Frontera (2015), Mcklopedia vuelve a la carga con su trabajo más sólido y colorido.

Podríamos decir que se trata de una obra predominantemente sativa, con producciones cerebrales, eufóricas y con carga social en cada una de sus canciones. Un trabajo arriesgado y ambicioso que levanta el ánimo y te hace volar. Música de autor, elaborada a fuego lento y con mucha dedicación, para un público cada vez más selecto.

La original propuesta de Mcklopedia te puede recordar a Kiko Veneno, a Franco Battiato, a Rage Against the Machine, a Mos Def o a Los Aldeanos, pero su planeta musical orbita con luz propia y de forma independiente a cualquier artista.

Nos sentamos delante del ordenador y con uno de haze, para hablar con Ramsés Meneses aka “Mcklopedia”, un referente internacional del freestyle y hiphop latinoamericano. Un artista polivalente, amante de la marihuana y adelantado a su tiempo, considerado como uno de los mejores freestylers de la historia. Un creador inquieto que elabora canciones de letras comprometidas y coherentes, cuya música te atrapa desde la primera escucha.

Desde sus inicios, hace más de quince años, con la agrupación venezolana Séptima Raza, hasta hoy, Mcklopedia ha sabido recoger lo mejor de cada estilo para llevarlo a su terreno y crear fusiones musicales con sello propio. Un sello con alma, lleno de matices y colores musicales que responden a la experiencia y conocimiento de su creador. Su talento y la autenticidad de su trabajo le han otorgado el respeto y el reconocimiento de la comunidad musical internacional, le han llevado a los escenarios más importantes de Latinoamérica y le han permitido hacer colaboraciones con grandes artistas como Kase.O, ToteKing, Rapsusklei y Canserbero, entre otros.

¿Qué venden los “Dealers in Caracas” y a cuánto el gramo?

En Caracas se vende de todo. Nosotros traficamos música, pero en la ciudad natal del disco (Caracas) se venden hasta las vidas humanas: se venden documentos, se venden armas, se trafican influencias, etc. Toda esta realidad social es la que termina permeando Dealers in Caracas.

Si tu disco fuese un maletín lleno de drogas, ¿con qué sustancia identificarías cada una de sus canciones?

“Amanecer”: psilocibina; “1, 2, 3”: MDMA; “No me importa”: MDMA; “Rap”: MDMA; “Tulum”: cannabis (índica); “Agua”: 2CB; “Juego mental”: Percocet; “Promesas rotas”: alcohol; “Primera ordalía”: Adderall; “Semerenda cachetá”: cannabis (sativa); “Sonido espeso”: ketamina.

Hablamos del “disco de rap más venezolano”, pero al escucharlo se pueden descubrir muchas referencias y matices musicales de diferentes estilos y lugares del planeta. ¿Con qué estilos, aparte de hiphop, nos vamos a encontrar al escuchar tu disco?

Lo que vuelve a Dealers in Caracas el disco de rap más venezolano de la historia es la mixtura con la música tradicional venezolana; esto le da el leitmotiv al concepto del disco y es la apuesta que tomamos para generar identidad.

En varias de tus canciones hablas de bongs, de fumar con amigos, etc. ¿Qué presencia tiene la marihuana en tu vida y en tu música?

Fumar es una delicia. Sí recomiendo a los lectores investigar para fumar flores acorde con el momento. El cannabis es una gran bendición, pero debemos ser inteligentes en su consumo para satisfacer nuestras necesidades y mantenernos productivos. No es estar high solo por nada. Estimula tu mente y te redescubre como persona.

Resides en México desde hace varios años, pero naciste en Venezuela. ¿Cuáles son las principales diferencias entre ambos países en lo que a cultura cannábica se refiere?

México, sin lugar a dudas, es uno de los cinco mayores productores de cannabis del mundo. Aquí es un paraíso; a pesar de las legislaciones, hay un gran avance en cuanto a leyes, y una gran parte de la gente fuma de manera activa. Igual la chota (‘policía’) no es amigable contigo si fumas, pero frente al Senado de la República existe legalmente una zona de tolerancia donde puedes fumar protegido por la ley. Ese lugar es un símbolo de resistencia de la comunidad cannábica mexicana. Venezuela, por otra parte, es el infierno. Amigos fumadores han sido extorsionados por las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES), por sumas de hasta mil dólares, solo por tener una foto en su teléfono de un porro o una planta. Las fuerzas del orden público en Venezuela son tan corruptas que te dan más miedo que los dealers.

¿Con qué personaje histórico te hubiese gustado compartir un buen canuto y por qué?

Un porro con Set, el hijo perdido de Adán y Eva, para que me cuente la verdad de todas las cosas que el hombre hoy no sabe. Otro porro sería con Ramsés II, el dueño original de mi nombre, para que me conecte con las estrellas y con alguna historia del más allá.

¿Cuáles son tus referencias musicales españolas e internacionales?

Españoles me gustan Camarón de la Isla y Rapsusklei. Internacionales: Kendrick Lamar, Wu-Tang Clan, Simón Díaz, Mercedes Sosa, Óscar D’León, Fania All-Star o Eminem, son los más inmediatos que recuerdo.

¿Piensas seguir en el mundo del freestyle o te vas a centrar en lo musical?

Hay que hacer de todo para estimular la mente, así que pronto seguiremos batallando y creando música original para la juventud.