Entre el conjunto de noticias irrelevantes que acostumbran a repetirse año tras año para rellenar los telediarios estivales, tal vez haya usted coincidido con la de unos ingleses persiguiendo un queso rodante colina abajo y dándose de hostias por el camino para ver quién lo atrapa primero. Se ve que en Italia los noticiarios televisivos veraniegos son del mismo jaez que por aquí, y, desde hace unos años, un grupo de amigos imitan tan magno acontecimiento organizando un festival del mismo rollo cerca de Trento. Pues Cheese (Barbara Fiore Editora), una de las sorpresas comiquiles recientes, toma ese festejo popular como destino y momento epifánico de un grupo de coleguis endogámicos tardoadolescentes, entre los que se encuentra su autora, Zuzu. Asuntos gamberriles de juventud, trastornos alimenticios serios y ese salto al vacío, ese rodar cuesta abajo controlando lo justo y menos, que es adentrarse en la edad adulta. ¿Y cómo se siente? Pues como diría Bob Dylan, sola, sin dirección a casa, como una completa desconocida: “like a rolling cheese”. Maneja, además, una expresividad gráfica desgarrada y feísta de primer orden, con especial atención a la parte intestinal reflejo del padecimiento bulímico.