A casi ocho meses de que el Ministerio de Sanidad, a cargo de Mónica García, iniciara el trámite para regular el acceso del cannabis medicinal en España, ayer se publicó el primer borrador del proyecto del Real Decreto que le permitiría a miles de usuarios terapéuticos acceder a determinados productos derivados de la planta para tratar un número limitado de enfermedades. Este documento significa el primer lineamiento concreto a lo que será el sistema legal que adopte el país con respecto a los usos del cannabis, en el cual solamente se contemplarán a las fórmulas magistrales y se dejarán fuera el consumo de flores. 

El proyecto de Sanidad sostiene que se trata de un “Real Decreto que regula la dispensación de fórmulas magistrales de cannabis con fines terapéuticos”. En el texto se especifica que las únicas patologías que podrán tratarse con estos preparados serán espasticidad por esclerosis múltiple, epilepsia refractaria, dolor crónico refractario y los efectos secundarios causados por la quimioterapia. Para la cartera que dirige García estas enfermedades son “aquellas para las que existe evidencia científica de beneficio terapéutico del cannabis y sus extractos”. Además, la única vía de administración que se habilitará será la vía oral por medio de aceites medicinales.

A pesar de que la posibilidad de un Real Decreto que habilite algunos usos medicinales del cannabis es un avance para los miles de pacientes terapéuticos de España, la normativa dejará fuera a una gran cantidad de personas. En primer lugar, existen varias patologías más a las que se refiere Sanidad que cuentan con evidencia científica para ser tratadas con los derivados del cannabis. Muchos de estos estudios científicos se encuentran disponibles en el sitio web de Cáñamo. También se ha comprobado que la eficacia del tratamiento de las enfermedades puede variar dependiendo su vía de administración, como la vaporización de las flores que han sido desplazadas en la iniciativa de García. 

En cuanto a los canales de acceso, tan solo podrían comercializarse en las farmacias hospitalarias. De esta manera, el Real Decreto dejaría fuera del entramado productivo a los Clubes Sociales de Cannabis del país que asisten a los pacientes hace más de dos décadas.