Con la firma de la Instrucción 7/2025 el pasado 6 de mayo, se reconoce el derecho a la privacidad de quienes portan o consumen drogas dentro de un vehículo particular estacionado, excluyéndolos de las sanciones previstas en el artículo 36.16 de la Ley de Seguridad Ciudadana, que tipifica como infracción grave el consumo o la tenencia ilícita de estupefacientes en lugares, vías o transportes colectivos, sin mencionar expresamente los coches particulares aparcados. 

La Instrucción se basa en dos sentencias claves. Por un lado, la emanada del Tribunal Supremo que considera el interior de un coche aparcado como un espacio privado y, por otro, la del Tribunal Constitucional que protege la intimidad en ese entorno. Gracias a esto, llevar o usar drogas dentro de un vehículo estacionado ya no supone una infracción administrativa, evitando multas de hasta 600 euros y la tramitación de actas de sanción.

Este marco ofrece certidumbre a consumidores recreativos y terapéuticos. Sin embargo, es importante precisar que la protección cesa si el vehículo comienza su marcha, momento en que los agentes pueden actuar bajo el Código Penal o la normativa de tráfico ante indicios de riesgo.

Por su parte, desde el Sindicato Unificado de Policías (SUP) han advertido del riesgo de un posible aumento de accidentes al permitir el consumo previo a la conducción y han exigido protocolos claros para la detección de drogas antes de iniciar la conducción de un vehículo, así como un equilibrio justo entre la privacidad del usuario y la seguridad vial.

A juicio de los expertos, para equilibrar la privacidad con la seguridad vial, resulta indispensable establecer campañas informativas sobre los peligros de conducir bajo los efectos de las drogas, junto con estrategias efectivas que permitan identificar y abordar situaciones de riesgo antes de que el vehículo se ponga en movimiento.