El presidente de Filipinas Rodrigo Duterte aprobó la que ha sido la mayor carnicería hasta la fecha en las Islas Filipinas. Una operación que le costó la vida a 32 personas.

Esta operación anti-droga detuvo a 109 personas, la mayor parte consumidores o camellos del nivel más bajo. Y, atención, se incautó más de 200 gramos de metanfetaminas, 786 gramos de marihuana… Todo un alijo espectacular…

“Hemos llevado a cabo operaciones 'de una y a lo grande' antes y, de momento, esta ha tenido el número de heridos y muertos más elevado", ha explicado el jefe de policía, Romeo Caramat, en una rueda de prensa. También aseguró que las muertes fueron en tiroteos y no ejecuciones. Desde que Duterte está en el poder muchas organizaciones han denunciado que las ejecuciones extra judiciales son una práctica habitual en el país. Se asegura que incluso la policía está incriminando a personas en una especie de limpieza de opositores, aunque esto último no está confirmado en ningún caso.

Duterte por su parte ha dicho que da a elegir a los traficantes entre “la cárcel o el Infierno”. Después y como suele ser habitual en Duterte, se vino muy arriba y comentó: “32 personas han muerto en una gigantesca redada en Bulacán, eso es bueno…Vamos a matar a 32 todos los días. Puede que así reduzcamos los problemas que afligen a este país”.

Debido a esta fijación de las organizaciones por garantizar los derechos humanos el presidente también les dedica unas palabras: "Si están obstruyendo la justicia, disparadles".