El Banco Santander notificó el cierre de la cuenta de una de las farmacias uruguayas que vende marihuana bajo la razón de que no admitirá clientes cuyos fondos estén asociados con actividades restringidas, como aquellas vinculadas con las drogas.

Por suerte para la farmacia el Centro de Farmacias de Uruguay (CFU) medió con el banco español para impedir que esto sucediese en el margen de cinco días que le había planteado en su ultimátum y tratar de buscar una solución razonada. Se asegura de que se están teniendo conversaciones "a muy alto nivel".

El problema más grave que ha traído esta amenaza del Santander es que todas las farmacias están consultando qué pasa con este asunto y planteándose abandonar el negocio. En concreto, los dueños de la tienda a la que les llegó la notificación han manifestado a la CFU su intención de dejar de vender marihuana si la amenaza prospera puesto que no pueden arriesgarse a quedar fuera del “sistema financiero”.

Es la casa matriz y no las sucursales locales del Santander las que han dado la orden de cierre, según la CFU. El motivo concreto es que las casas matrices de los bancos establecen que aquellas filiales que tienen operaciones o cuentas corrientes vinculadas a "actividades restringidas", como las "derivadas de la droga", pueden "tener complicaciones internacionales, bancarias y de calificaciones".

Puede que tu país venda de manera legal que si los bancos consideran que el dinero que viene de ahí puede manchar su nombre te lo van a retirar. Lo más irónico de esta cuestión es que si la farmacia lo hiciese de manera ilegal, consiguiese limpiar el dinero y meterlo en el banco nadie estaría preguntándose si cerrar o no el negocio.

La pregunta ahora es, ¿Nadie del gobierno había previsto estos problemas con las casas matrices? Nos guste más o menos hay que entender que cuando el dinero se mueve de un país donde es legal la compra-venta a uno donde no lo es se está cometiendo un delito, entonces ¿por qué nadie lo vio venir?