Mientras Cercano Oriente está en llamas gracias a la inestimable ayuda de Donald Trump y el haber declarado a Jerusalem capital del Estado de Israel, al menos llega una buena noticia.

Se filtró que la policía de Israel ha recibido la orden de dejar pasar a los cultivadores de marihuana que lo hagan en su casa. Siempre y cuando no se trata de una operación de narcotráfico. Es decir, castigar el autocultivo deja de ser una prioridad para los israelitas.

Israel es un país de contradicciones en muchos sentidos. Con la marihuana no lo iba a ser menos: pese a que llevan una temporada abriendo la mano a la descriminalización aún pues acabar en la cárcel por portar pequeñas cantidades. Esto contrasta con la libertad que tienen científicos y empresas farmacéuticas para investigar con el cannabis: han convertido al país en uno de los pioneros de la ciencia de la marihuana.

En medio de estas contradicciones la policía recibe bajo cuerda la orden de diferenciar entre “uso personal” y “uso comercial” para las personas que cultiven en casa. De esta forma (y de un modo similar a como sucede en España) queda al arbitrio del agente considerar de qué tipo es ese “uso personal”. La diferencia está en que no existe ley que ampare cuánta cantidad se considera “comercial”. La arbitrariedad en temas legales siempre es un arma peligrosa.

En Israel el 27% de la gente consume cannabis. Con esta cantidad tremenda de población que le da a la mandanga resulta inconcebible que las leyes contra el consumidor sean tan duras.

¿Se está notando esto en las calles? Pues parece ser que no. Hay que tomar este memorándum interno más como una declaración de intenciones sobre lo que puede venir en un futuro cercano a que sea verdaderamente una “medio-legalización”. Algunos otros no son tan optimista y creen que esto es un movimiento a ningún lugar.

Mientras tanto la ley permite que entres en la cárcel hasta 20 años por plantar marihuana.