Desde Cáñamo somos conscientes de que a una organización como a DAESH que no le gusta el arte, que comete atentados indiscriminadamente y pasa a cuchillo a sus enemigos, no le iba gustar una planta que se ha demostrado que produce menos agresividad que el alcohol (suponemos que tampoco consumen alcohol, pero esa es otra historia).

En el último número de su revista oficial, Dabiq, el autoproclamado Estado Islámico ataca directamente a la marihuana y la coloca en la misma lista de “desviaciones” en la que están también la pornografía y el feminismo. 

La declaración es contundente:

Las desviaciones traídas desde el llamado ‘Mundo Feliz’ de América y la Europa del Oeste comienza legalizando la marihuana, el bestialismo, el transgénero, la sodomía, la pornografía, el feminismo y otras males, que permiten en la Europa Cristiana pagana, América y Australia que los niveles de criminalidad se disparen por encima de cualquier otra civilización que haya existido en la historia de la humanidad, incluida Sodoma y Gomorra.

Añaden que todos los consumidores y gente que apoya la legalización son paganos.

En la publicación también podéis encontrar algún artículo sobre “por qué nos odian” (si es que pertenecéis a ese grupo de paganos sodomitas transgénero feministas fumetas y espectadores de porno y otros males de América y Europa del Oeste) y “por qué luchan contra nosotros”. También hacen un recordatorio sobre los ataques a Niza y Orlando. 

Así como con una mano DAESH castiga a los consumidores de cannabis, con la otra no tiene reparo alguno en traficar con la planta. Sus aliados en esa Europa Pagana y sodomita son los bastante católicos mafiosos italianos. Por este motivo, se piensa que la legalización de la marihuana en lugares como Italia cortaría sustancialmente el grifo de la financiación al Estado Islámico. De hecho, la droga del corredor del Líbano financia su lucha en Siria. 

“Ciertamente [ISIS] controla la ruta de Libia; controla toda la costa del Golfo de Sirte” declaró el jefe italiano anti-Mafia y anti-terrorismo Franco Roberti. “Descriminalización o incluso la legalización podría ser definitivamente un arma en contra de los traficantes, entre los que están los terroristas que hacen dinero con esto”.