Cuando 100 personas mueren cada día en los EE.UU. por culpa de los opiáceos tal vez toque replantearse su uso.

Pero, ¿es efectivo el uso del cannabis para abandonar el abuso de opiáceos? No se trata solo de si el dolor se mitiga gracias al uso del cannabis sino si realmente es un buen sustituto para abandonar los opiáceos.

Según los datos que se manejan en los EE.UU. en el entorno médico tenemos que entre los usuarios de cannabis que tratan de dejar los opiáceos:

• El 39% pararon por completo el uso de opiáceos.
• El 39% usó cannabis para reducir la cantidad de opiáceos.
• Añadir cannabis en el tratamiento redujo en más de un 40% el uso de opiáceos y en casi la mitad de los pacientes mejoró sus funciones en un 80%
• El 87% de los pacientes mejoraron su calidad de vida.

Según estos datos (un tanto confusos por otra parte) el uso de cannabis no elimina el uso de opiáceos, al menos no completamente y si sólo es este el único tratamiento para quitarse. Ahora bien, sabemos que al añadirlo se reduce el uso de opiáceos, mejora la seguridad (se reduce el riesgo de sobredosis) y se mejora la fidelidad a los programas de desintoxicación.

Aquellas personas que obtienen mayores logros usando cannabis para abandonar los opiáceos lo hacen apoyados por otros fármacos para ayudar a desenganchar e intervenciones conductuales desde profesionales de la medicina. La medicina (sea la que sea, incluido el cannabis) por sí misma es insuficiente: la ayuda externa, la decisión de abandonarlos, la voluntad y otras cuestiones relacionadas con el entorno del paciente condicionan que este pueda o no abandonar el abuso de opiáceos. Dormir bien, ejercicio, apoyo, grupos de afectados y redes de atención son fundamentales para llegar a abandonarlos.