Hace algunas semanas atrás, True Detective volvió a la pantalla de HBO con el estreno de su cuarta temporada. La aclamada serie policial mantiene su estilo entorno a la mística de intriga sobrenatural, el retrato de las capas más profundas de la sociedad estadounidense y el reclutamiento de actores de alto perfil para los papeles de detectives principales. Pero en la Noche Polar hay un nuevo personaje secundario y crucial: el porro.
True Detective: Noche Polar trata sobre un grupo de hombres que trabajan en la Estación de Investigación Ártica TSALAL y desaparecen misteriosamente en el último atardecer del año, en el condado de Ennis ubicado en el gélido Estado de Alaska. Las detectives Danvers y Navarro, interpretadas por Jodie Foster y Kali Reis, respectivamente, se hacen cargo del extraño caso cargado con una gran cuota de espiritismo. Los cuerpos son encontrados en medio del hielo por Rosa Aguineau (Fiona Shaw), una señora que fuma cannabis y que fue guiada hacia los cadáveres por su esposo recientemente muerto por una leucemia.
La primera escena en la que aparece el cannabis sucede al inicio del segundo capítulo. Aguineau conversa con la detective Navarro en su casa sobre el hallazgo de los cuerpos sin vida. Pero el diálogo entre las mujeres se aleja del caso, cuando la policía empieza a preguntarle sobre las apariciones que tiene con el esposo muerto porque a ella empieza a sucederle algo similar con su fallecida madre. “No confundas el mundo espiritual con los trastornos mentales”, le dice Aguineau mientras recoge unas flores de cannabis de una caja de madera y se lía un porro. La charla entre ellas continúa con la señora dando unas caladas profundas de marihuana, lo cual no causa ninguna impresión negativa por parte Navarro, en un salón repleto de libros y un ventanal enorme por el cual se observa un infinito hielo. Ese mismo paisaje es el que observaban acostados y desnudos, en un recuerdo que tiene la señora junto a su marido muerto con el que comparte un enorme cigarro de cannabis. Este también es un guiño que brinda la serie sobre el uso terapéutico de la planta para personas que padecen alguna enfermedad terminal como la leucemia.
El segundo momento en donde aparece el porro sucede al final del capítulo. Allí, la hijastra de la detective Danvers, Leah (Isabella Star LaBlanc), conversa con el subordinado de la jefa policial, Peter Prior (Finn Bennet). El diálogo sucede en una pista de hielo, a pocos metros de los cadáveres que están descongelándose. Los jóvenes hacen una catarsis por su relación con Danvers, una mujer sumamente temperamental y avasallante. Leah le cuenta que su padre, quien murió hace algunos años, “era un porrero y un artista”. Luego le dice que se la pasaban muy bien juntos, entre bailes y otras diversiones. “Seguro que Liz también fumaba”, dice sobre su madrastra policía.
El hecho de la naturalización de los policías sobre el uso de cannabis se debe a que Alaska es uno de los Estados norteamericanos que tiene una regulación sobre el cannabis, tanto para usos medicinales como recreativos. Sin embargo, la aparición del porro en la cuarta temporada de True Detective es la representación natural de un fenómeno que no afecta de forma negativa a una comunidad y con el que las fuerzas policiales pueden convivir.
El porro resalta en True Detective como un personaje habitual en la cotidianeidad de Ennis, un pueblo que no solo sufre por el frío constante y por vivir varios meses en la más profundas de las oscuridades. La serie, como ha hecho en las temporadas anteriores, también hace un retrato de la gentrificación estadounidense. En este caso atravesada por la discriminación que recibe la comunidad indígena Iñupiaq y los problemas ambientales ocasionados por la desmedida actividad minera. En ese contexto, las detectives Danvers y Navarro investigan un extraño homicidio múltiple cargado del espiritismo y misterio con el que convive el condado de Ennis. Este domingo se estrena el cuarto capítulo de la serie policial en donde por primera vez en todas sus temporadas aparece el cannabis como un personaje secundario pero crucial.
