En muchas ocasiones habréis oído que tal o cual tiene una “personalidad adictiva”. Significa que esa persona en concreto está más predispuesta biológicamente a engancharse a cualquier cosa que genere adicción, como el juego, las drogas o hacer calceta. Pero, ¿tiene esto alguna base científica?

Pues no dilatemos más esta cuestión: No, no la tiene. En realidad no existe eso que podría llamarse personalidad adictiva, o eso opinan los expertos.

Sin embargo, intuitivamente vemos cómo hay personas que rápidamente se enganchan a algo y luego a otra cosa y luego a otra y así.

Los gurús actuales han dado la vuelta a la tortilla y consideran que la gente que marcamos como con “personalidad adictiva” en realidad son "adictos sociales". Es decir, no están necesitados de la droga X sino de estar rodeados de gente. Ojo, porque esto es tan absurdo como la “personalidad adictiva”, el presunto giro de perspectiva de los expertos solo sirve para echarle la culpa (de nuevo) al “adicto” en lugar de a las sustancias.

¿Solución? Atentos: no aburrirse. Según un conocido experimento las ratas de laboratorio que prueban la heroína vuelven a probarla una y otra vez hasta que acaban por morir de sobredosis. Sin embargo, resulta que al modificar las condiciones de vida de la rata (una jaula con más espacio, por ejemplo) el comportamiento se ve modificado y el animal deja de buscar la heroína. Por lo visto se aburrían y eso les hace consumir más.

Pese a que coincidamos con la idea de que no exista eso de personalidad adictiva el problema profundo es “¿Qué es una adicción?” o si existe tal cosa para describir una serie de comportamientos. Pero el cambio hacia un aspecto más “social” de la adicción es un truco de manos un tanto chapucero.

Seguiremos informando.