Arthur Carracino, ciudadano de Bunnell (Florida, EE.UU), fue detenido después de que invitase a unos agentes de policía a fumar un poco de cannabis de su huerto particular.

Según parece, la policía local se acercó hasta la solitaria casa de Carracino por otro motivo cuando encontró a esta persona en el porche, vestido con un speedo, la camisa medio abotonada y un canuto en la boca. El hombre se mostró en todo momento amable y colaborativo. Incluso, demasiado, pues de sus palabras uno puede deducir que la soledad que esta persona debe soportar todos los días resulta abrumadora si llegas al punto de pedir “por favor” a un agente de policía que consuma contigo tu cannabis.

Pero antes de llegar hasta ahí uno de los agentes le pide a Carracino su tarjeta de marihuana medicinal. En Florida es legal pero necesitas un permiso. Carracino respondió, “Oh, sí. Sí, la tengo. Estoy trabajando en ello”. Obviamente, pese a lo simpático de la respuesta, que esta persona iba sin papeles. Mal empezaba la cosa. Mientras Carracino trata de negociar una posible salida a esa situación uno de los agentes cae en cuenta de la planta de cannabis de casi un metro que tiene en el jardín.

“¿Esta planta en tuya?”, le preguntan. A lo que Carracino responde de manera orgullosa que así es. A lo que acompaña el comentario con unos sabios consejos sobre como cultivar cannabis y que es mucho más difícil de lo que la gente cree.

Antes de que la cosa se arregle de algún modo Carracino realiza el movimiento que produce que los policías (con bastante poca gana) detengan a esta persona. Carracino les dice “tenéis que fumar un poco de esto conmigo, por favor”.

Mientras Carracino va en el coche de policía rumbo a la comisaría les pregunta la razón de la detención. La policía le dice que es por cultivo de marihuana. “Ah, claro”, dice Carracino.