Sabemos que el pobre Kanye tiene algún que otro problema mental. En algunos medios se comenta que sufre de bipolaridad. No vamos a ser nosotros los que lo neguemos a estas alturas, pero nos da la impresión de que no es lo mejor para tratarse ese problema ir presentándose a las elecciones de 2020.

En el que fue su primer mitin en Carolina del Sur, el cantante no exigió mascarilla ni distancia social porque, bueno, cree que las mascarillas “impiden ir al cielo”. Tal cual. Algunas personas opinan que todo esto es otra más de sus táticas publicitarias pero hay otros que creen que esto es una maniobra para favorecer las posibilidades de ganar de Trump, muy tocado por culpa de la Covid-19 y su pésima gestión. Además, Kanye apoyó sin cortapisas a Trump las elecciones pasadas, lo cual no es descabellado.

Kanye se puso un chaleco táctico y se lanzó al escenario para soltar un discurso enloquecido y sin conexión sobre diferentes cuestiones. Por una lado, prometió la legalización de la marihuana, por otro dijo que también legalizaría el aborto pero que para incentivar que las mujeres no lo hiciesen les daría “un millón de dólares o así”.

La guinda del pastel la puso en la ronda de ruegos y preguntas. Kanye tuvo que responder sobre Harriet Tubman, la conocida luchadora por la emancipación de los esclavos que durante el siglo XIX ayudó a fundar el conocido como “ferrocarril subterráneo”, mediante el cual Tubman ayudó a escapar a multitud personas. Pues bien, Kanye tiene una opinión bien distinta de Tubman: “en realidad nunca liberó a los esclavos", sino que "hizo que fueran a trabajar para otra gente blanca".

Como era de esperar, esta opinión infundada de Kanye levantó un agria polémica entre la comunidad de las redes sociales. Ay, Kanye, ¿qué pasa por tu cabeza?