En agosto de este año, Ohio se convirtió en un nuevo estado de EEUU que comercializa cannabis con fines recreativos. Desde ese momento, las ventas ascendieron a unos 131.8 millones de dólares (124.2 millones de euros), según los datos de la División de Control del Cannabis (DCC) del Departamento de Comercio local. Se trata de uno de los mercados que más ha crecido en el último tiempo en el país, por detrás de Nueva York que logró más de 150 millones de dólares (141 millones de euros), pero que lo hizo en sus primeros doce meses de dispensación de los derivados de la planta para uso adulto.
Desde 2016, Ohio cuenta con una ley de cannabis medicinal que permite comprar flores, aceites y cremas para tratar diferentes enfermedades. Pero el año pasado, los residentes votaron a favor de legalizar la marihuana para uso adulto. Los residentes mayores de 21 años pueden acceder hasta unos 70 gramos mensuales de cannabis. En la actualidad, hay unos 124 dispensarios habilitados para vender los derivados de la planta, tanto para uso terapéutico como adulto.
Según el DCC, en los últimos tres meses se vendieron unos siete mil kilos de flores para uso recreativo y más de dos millones de productos manufacturados, como vapes o comestibles. Además, el comercio de consumo recreativo tiene un impuesto del 10%. El Centro de Políticas y Control de Drogas de la Universidad Estatal de Ohio estima que en los próximos cinco años se podrían recaudar unos 403 millones de dólares (379 millones de euros).
