Sabemos que durante 2015 murieron ejecutadas por el gobierno de Irán unas 700 personas relacionadas con delitos con drogas. Varios legisladores iraníes quieren que esto cambie.

Estos legisladores han comenzado una lucha por rebajar la condenas relacionadas con drogas en Irán, uno de los países del mundo en el que haber cometido un delito de estas características te suele condenar a muerte. De hecho, Irán está prácticamente a la cabeza en ese tipo de penas tan altas.

La ONU hizo público que en Irán murieron ejecutadas unas 1.000 personas en 2015 y unas 576 en 2016. Un 30% de las ejecuciones corresponden a delitos relacionados con la droga. Traficar con heroína o llevar 30 gramos o más de cocaína o heroína suele estar condenado con la pena de muerte. Si al menos matar gente pusiera fin a la droga, como afirmar sus defensores, al menos tendría cierto sentido. Pero la realidad es que el efecto en el tráfico es apenas significante.

El 16 de julio se firmó en el Parlamento Iraní una propuesta de enmienda para que los delincuentes menores tanto de tráfico como de posesión no sufran pena de muerte. Teniendo en cuenta que 150 personas murieron por ese delito, sería un buen paso para empezar. Además, según Hassan Nowruzi, el portavoz del comité judicial del parlamento, hay unas 5.000 personas esperando en la cárcel en el llamado “corredor de la muerte”.

La reforma no impedirá que la gente vaya a prisión durante demasiado años: sentencias de hasta 30 años esperan a los que incumplan la ley. Para la organización que vigila los Derechos Humanos en el planeta (Human Right Watch) sería necesario que a las personas que están en el corredor de la muerte se les revise la sentencia de tal forma que pasen a cumplir penas solo de cárcel. Si la ley se va a enmendar, ¿por qué deben pagar con la muerte por un delito que va a tener otra pena en breve?