Aunque parezca increíble son los ancianos estadounidenses el sector de la población en el que más rápido está creciendo una base firme de consumidores.

En una encuesta de 2013 ya se perfilaba este asunto: un incremento en el consumo de cannabis entre la gente mayor de 65 años que crecía un 250% desde el 2007.

Mientras las autoridades se preocupan por el consumo de marihuana en adolescentes como una prioridad resulta que son sus abuelos los que se están fumando la mandanga como auténticos campeones. Al menos esto es lo que sucede en Colorado, el estado fumeta por excelencia junto con California.

En la CBS se dieron una vuelta por las residencias para mayores y encontraron una cantidad considerable de defensores de la marihuana entre los que viven allí. Esto tienen un valor añadido si pensamos que estás personas han vivido toda su vida bajo la propaganda negativa sobre el cannabis.

“Siempre he pensado que las droga recreacionales de cualquier tipo eran un “no” rotundo, Sigo pensándolo. Pero el cannabis parece que está entre medias.” Dice Duane Kaniebs, un veterano de la II Guerra Mundial de 91 años. “Todos estos años pensé que estaba en la misma categoría que todas esas otras drogas”. Es irónico que la mayor parte de la gente considere que la marihuana es peor que los analgésico solo porque los segundos se pueden recetar con impunidad.