Imperial Brands, corporación británica del tabaco que acaba de quitar la palabra “tabaco” de sus cajetillas, contrató al experto en cannabis medicinal Simon Langlier. Todo indica que la corporación quiere expandir su negocio en ese sector.

Langlier trabaja para PharmaCielo, la empresa más conocida en Canadá dedicada a los extractos cannábicos como el aceite para uso medicinal. Langlier, además, trabajó durante 30 años para la multinacional Philp Morris, competidora directa de Imperial. El ojo de Imperial está en EE.UU. y pretende que Langlier, que conoce bien el terreno, les pueda meter allí ahora que la ola de la legalización está llegando a un punto ideal para el gran capital.

Si las especulaciones al respecto son ciertas, algo que los nuevos empresarios del cannabis desconocen de una manera tan fina como las grandes marcas de tabaco es cómo cultivar de forma industrial cantidades masivas de mercancía y ponerla en el mercado cuando hace falta. Las tabacaleras quieren ganarle por la mano a base de capital, I+D y recursos.

Se cree que Langlier podría ayudar con la venta y distribución de objetos “libres de humo” como los inhaladores o vapeadores, lo cual tendría mucho sentido viniendo él desde PharmaCielo.