Desde que el estado de Nueva York, en EEUU, legalizó todos los usos del cannabis en 2022, la Gran Manzana alberga uno de los mercados más prósperos de los derivados de la planta en el país. Para dimensionarlo, ya se han logrado más de mil millones de dólares en ventas de productos de cannabis. Pero la regulación también contempla como punto primordial el reconocimiento y reparación a las personas más perjudicadas por la prohibición de antaño, por una actividad que ahora está permitida y genera enormes recursos económicos. En este sentido, la última novedad es que la gobernadora Kathy Hochul aprobó dos nuevas normativas para expandir el programa de pequeños cultivadores, la realización de mercados emergentes y fomentar las colaboraciones entre negocios en línea. La iniciativa surgió como respuesta a las demoras en otorgar las licencias a dispensarios.

De acuerdo con las nuevas leyes, las tiendas minoristas deberán asociarse con al menos un cultivador y un procesador local para participar en los nuevos eventos emergentes que el estado de Nueva York apoyará económica y logísticamente. Si bien se podrán comercializar varios productos en estos festivales, los organizadores estarán obligados a ofrecer los derivados de la planta que hayan sido elaborados por estos pequeños emprendedores.

Otro cambio importante es que cada minorista deberá tener un permiso individual para poder participar en estos mercados emergentes de productores de cannabis. La intención es promover la colaboración entre los cultivadores y procesadores locales.

Este programa de mercados emergentes de cannabis pretende solucionar temporalmente la demora que sufren gran parte de los pequeños cultivadores de cannabis para ingresar al mercado regulado, que se ha visto afectado por una serie de litigios que retrasaron la entrega de licencias.