Se espera que esto alivie la presión sobre el sistema nacional de salud y que aliente a las personas a quedarse en casa. Durante este periodo excepcional los farmacéuticos podrán dispensar fármacos que normalmente están sujetos a recetas médicas, como los barbitúricos o los opiáceos, a aquellos pacientes que ya habían recibido una prescripción anteriormente. Esto también afectará a los pacientes en programas de dispensación de metadona. Antes de aprobar la medida el ministerio del Interior consultó al Consejo Asesor para el Uso Indebido de Drogas (ACMD), un órgano consultivo en materia de drogas. El consejo aprobó la propuesta, pero advirtió de que la medida podría conducir a un aumento del abuso de fármacos. “Sin el apoyo y la orientación adecuados para los profesionales de la salud afectados por el cambio, existe el riesgo de que los farmacéuticos puedan ayudar sin advertirlo a un aumento del uso indebido y el desvío de drogas. Este es un riesgo particular para los grupos de pacientes que requieren analgésicos opioides, por ejemplo, para cuidados paliativos o para terapia de sustitución de opioides”, advirtió el informe del consejo.