La empresa Teva Pharmaceutical Industries Ltd. junto con el Israel Syqe Medical quieren que se comercialice este inhalador de cannabis.

El inhalador ya llevaba en uso desde hace un año en pruebas en el hospital Haifa Rambam. Dado el carácter “aperturista” sobre la marihuana que se está dando en el país, estas dos empresas esperan que el Gobierno suavice las leyes en breve y puedan producir en masa este inhalador. En principio la idea es venderlo en Israel, aunque, a nadie se le escapa, es más que probable que acabe vendiéndose fuera. 

“El uso del cannabis para tratamiento médico no deja de crecer en los últimos años”, comenta el profesor Elon Einsenberg, director del Departamento del Estudio del Dolor en el Centro Medico Ramban. “El problema principal al que se enfrentan  doctores e investigadores es que son incapaces de determinar la cantidad de cannabis que se administra al fumar o al vaporizar. El desarrollo de este inhalador responde a nuestras expectativas y deseos: de esta manera podemos saber cuánto estamos administrando y dar dosis que sean precisas y fiables.” 

Se trata de vender que la precisión es la clave de este producto. Saber cuánto y en qué medida estás metiendo una determinada cantidad de cannabis en el cuerpo mediante la vaporización. Es la carta que está jugando Teva, que es el mayor productor de medicinas del mundo, para que los doctores puedan justificar sus prescripciones basándose en que ahora saben cuál es la cantidad correcta para recetar. 

La otra baza que están jugando es la del decoro. Debido a que mucha gente le da mucho reparo fumar en público, este dispositivo, pequeño y elegante, se parece más a un inhalador de un asmático que al de un marimbero.