Cuando se cierra un dispensario la tasa de crimen de la zona donde estaba alojado aumenta, eso asegura un reciente estudio publicado en el Journal of Urban Economics.

El estudio se hizo comparando restaurantes y dispensarios y el aumento de la tasa de crímenes en la zona de Los Ángeles. El estudio asegura que cuando se cierra cualquiera de estos locales los crímenes aumentan, sobre todo robos y sustracciones de coches. Pero el aumento es mayor cuando se cierra un dispensario.

No es que sea el local lo que exactamente produce que suban los crímenes, como se puede sospechar, sino que tanto los dispensarios y los restaurantes son lugares de tránsito de muchas personas lo que multiplica que haya testigos potenciales de los crímenes.

Al estar alojados en lugares donde se puede ir andando (algo a lo que los estadounidenses no les gusta ni un poco) impide en mayor medida que los criminales se arriesguen.

Según Mirelle Jacobson, una de las personas que firma el estudio: “Contrariamente a la sabiduría popular, encontramos un aumento inmediato de los crímenes alrededor de los dispensarios que han cerrado con los que permanecen abiertos”.