En la batalla por hacerse con los derechos sobre el cultivo de cannabis medicinal en Alemania la compañía Lexamed denunció al gobierno por no haberlos seleccionado.

Lexamed ha conseguido llevar a trámite una demanda contra el Federal Instituto Federal para las Drogas (BfArM) por los métodos de selección utilizados. Lexamed consideró que los criterios utilizados no fueron adecuados.

Sin querer ser defensores de los intereses de Lexamed, sí que parece que algo de razón deben tener: el criterio fundamental otorgaba una cantidad considerable de puntuación a aquellas empresas que tuviesen experiencia en el campo del cultivo del cannabis. Esto estaría muy bien sino fuese porque cultivar cannabis es ilegal.

118 empresas se presentaron al concurso público para obtener licencias de cultivo de cannabis, solo 10 cumplían este criterio. Tener experiencia en el cultivo es algo bastante complicado cuando estamos hablando de un producto que era (es) ilegal en un país que comienza con ese negocio.

Por tanto, ¿qué empresas se han llevado el gato al agua? Las que están asociadas con las multinacionales del cannabis canadienses o las empresas holandesas. Las compañías alemanas se quedan fuera. Dado que la idea es generar riqueza en el país parece un poco absurdo regalarlo al exterior.

Lo peor de todo este lío, que posibiblemente lleve al BfArM a cambiar sus criterios, es que la llegada de la medicinal a Alemania se va a retrasar considerablemente.