Conducción bajo los efectos de las drogas

En el consultorio del pasado verano explicasteis el caso de Mario, que tuvo un accidente de circulación, donde la otra parte quedó con lesiones muy graves. Y comentasteis que está acusado de un delito de conducción bajo los efectos de las drogas. Lo que yo me pregunto es cómo se puede determinar que el accidente lo causó la droga.
La pregunta es muy interesante, y daría para contestarla a lo largo de una revista entera. Respecto al caso del mes de julio y agosto, donde, recordemos, se produjo un accidente en el que nuestro protagonista cometió una infracción de tráfico, y además dio positivo en el test de cannabis, el Ministerio Fiscal sostiene acusación por un delito de conducción bajo los efectos de las drogas del artículo 379.2, en concurso con el delito del artículo 382, de lesiones por imprudencia grave. Es decir, se considera que la causa del accidente es el previo consumo de cannabis, que sumió al conductor en un estado que le incapacitaba para conducir correctamente, y de ahí la infracción, que fue incorporarse a la vía sin cerciorarse previamente que podía hacerlo. Para establecer esa relación de causalidad, el fiscal se basa en que hay un positivo de cannabis y que hay una sintomatología descrita por la policía.
Así, para que haya condena penal, junto con el dato objetivo del test de saliva, se necesita probar que ese consumo afectó a las capacidades psicofísicas, y esto se observa a partir del comportamiento, esto es, si puede andar, mantenerse en pie y hablar correctamente, si tiene aliento, si tiene los ojos rojos o pupilas dilatadas, si su discurso es coherente o embrollado, si está agitado o tranquilo.
Sin embargo, como podemos imaginar, son síntomas de apreciación y valoración muy subjetiva, y lo que suele ocurrir es que, cuando una persona da positivo, ya se la mira diferente, y de alguna manera ya se va a por él. Por ejemplo, si está muy nervioso y afectado por el accidente, en vez de ver empatía por la víctima, lo que se ve es estado de excitación producido por el consumo. Lo que está claro es que, si algún día se conduce habiendo consumido horas antes, hay que ser hiperescrupuloso con las normas de circulación, y si hay control policial, estar muy tranquilos, sin ningún tipo de sobreactuación.