El cultivo de cannabis es una actividad cuya legalidad está sujeta a interpretación; la mejor forma de evitar problemas con la ley es mantener el cultivo oculto para que nadie lo pueda ver ni detectar. La clave para mantener la plantación en secreto es no hablar de ella y evitar que se vea, se huela o se oiga desde la calle.
La nueva Ley de Seguridad Ciudadana, que entró en vigor el pasado 1 de julio, contiene un artículo muy interesante para los cultivadores de cannabis. El texto del artículo 36.18 dice que será falta grave “la ejecución de actos de plantación y cultivo ilícitos de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas en lugares visibles al público, cuando no sean constitutivos de infracción penal”. La parte clave para plantar marihuana “en lugares visibles" al público es no hablar de ello y evitar que se vea desde la calle. Muchos juristas consideran que con estas cinco palabras se despenaliza el cultivo para autoconsumo siempre que esté oculto. En caso de que la policía incaute un cultivo de interior, siempre se podrá alegar ante el juez que era un cultivo legal porque no estaba en un lugar “visible al público”. Pero la alegación tendrá más fuerza si se demuestra que se tomaron todas las medidas posibles para mantener el cultivo completamente oculto, por ejemplo, instalando un filtro antiolor o un silenciador para el extractor.
Por la boca muere el pez
No le cuentes a nadie que cultivas ni enseñes la plantación; la mayoría de los cultivos se descubren porque alguien se va de la lengua. Cuantas menos personas conozcan el cultivo, menor será el riesgo de que alguien lo cuente. Lo ideal es que nadie lo sepa. Procura no invitar extraños a casa; nunca sabes quién puede reconocer ese ligero olor que suele haber en las casas de los cultivadores. Si no puedes evitar tener invitados en casa, asegúrate de que no vean, oigan ni huelan nada; tal vez incluso debas pararlo todo mientras están en casa para evitar riesgos.
Ni olor ni ruido ni luz
Si las plantas se ven o se huelen desde el exterior atraerán la atención de vecinos o peatones. Ojo con las fugas de luz: las lámparas de alta presión desprenden una luz amarillenta muy intensa que puede llamar mucho la atención si se ve desde la calle. Evita que los vecinos se hagan preguntas, y para que no salga luz al exterior cierra las persianas antes de abrir el armario de cultivo de marihuana en interior. Instala un buen filtro de carbón activo para eliminar los olores del aire antes de que el extractor lo expulse al exterior. Renueva el filtro cada año para asegurarte de que no pierde eficacia.
El cuarto de cultivo debe ser completamente silencioso, sobre todo si hay vecinos. Mucho cuidado con los extractores, las bombas de agua o los ventiladores: los ruidos extraños se oyen mucho, especialmente por las noches. Nada hay que desespere más a los vecinos que el zumbido o la vibración constante de un extractor ruidoso. Si tu lo oyes, los vecinos también lo oirán. Si les molesta un ruido buscarán su origen, así que más vale asegurarse de que no haya ruidos.
Comportamiento normal y amabilidad
Al entrar y al salir del lugar donde esté el cultivo toma las precauciones necesarias para no levantar sospechas. Evita que los vecinos te vean acarreando sacos de tierra, cajas de material, cables o lámparas, paquetes muy grandes, macetas, etc. La gente es muy cotilla.
Llévate bien con los vecinos o, al menos, pasa desapercibido. Sé educado y amable, pero no des pie a estrechar la relación. Ten una buena historia preparada que pueda justificar tu comportamiento. Un pequeño huerto en macetas o una terraza llena de plantas ornamentales pueden ser una razón perfectamente válida para comprar fertilizantes o sacos de tierra. Pero no abuses, por mucho que te gusten los geranios resulta sospechoso comprar veinte sacos de tierra en el mes de enero.
Es muy importante que nadie detecte el cultivo: quien no sabe no puede irse de la lengua. El aire caliente que expulsa el sistema de extracción puede resultar muy llamativo en invierno si lo notan los vecinos o los peatones. Es recomendable expulsar el aire caliente por la salida de humos de la cocina o por una ventana alejada de la calle. Evita que el extractor saque el aire caliente al nivel de la calle o a un patio interior al que den las ventanas de otros vecinos. En Estados Unidos, la policía usa sensores térmicos instalados en helicópteros o en los coches patrulla para detectar los cultivos. La forma de evitarlo es aislar muy bien el cultivo para que el calor no salga fuera y tener mucho cuidado con el aire caliente que sale del extractor para que no se pueda detectar desde fuera.
Más vale prevenir
Pon un candado o un cerrojo al cultivo para que nadie pueda descubrirlo por accidente. Más vale que se hagan la pregunta de por qué está esa puerta cerrada. Peor es sin duda que la abran y vean las plantas creciendo. Mucha gente todavía tiene grandes prejuicios respecto al cannabis y lo consideran igual de peligroso y criminal que el tráfico de heroína, por lo que pueden pensar que al denunciarlo hacen un servicio a la sociedad o, incluso, al cultivador.
Instala un interruptor magnetotérmico que te permita apagar completamente el cultivo en caso de necesidad. Por ejemplo, conviene apagarlo cuando vengan a leer el contador de la luz o si alguien está haciendo una reparación en casa. La idea es reducir al mínimo el riesgo de que alguien note algo raro. No pasa nada por apagarlo todo unas horas de vez en cuando; las plantas no van a sufrir y siempre merece la pena reducir riesgos.
No des pistas
Cuando compres productos para el cultivo paga en efectivo siempre que sea posible. Evita los pagos con tarjeta de crédito, especialmente si la dirección de facturación es la misma donde está la plantación. Tampoco recibas nunca pedidos de productos para el cultivo ni semillas de marihuana para cultivo interior en la dirección en la que se encuentra la plantación. Tampoco uses esa dirección para nada que tenga que ver con el cannabis (clubes de consumidores, asociaciones cannábicas, etc.). Tanta precaución puede parecer excesiva, pero más vale prevenir.
Trucos en exterior
Esconde las plantas y evita que los viandantes puedan verlas. Tápalas con mallas de ocultación, brezos o cañizos. Siembra setos vivos e intercala otras especies junto al cannabis. La idea es que haya una barrera que impida la visión desde la calle. Aunque se vea alguna punta de alguna planta, el juez debe ver claro que hemos intentado ocultar las plantas al público.
Cambia la forma de las plantas para que no parezcan cannabis. Dobla las ramas o pódalas para que la planta pierda su forma típica de abeto que tan reconocible resulta en la distancia. Engaña al cerebro de los vecinos colgando tomates de plástico de las plantas o pegándoles flores artificiales. En patios o lugares donde haya que tapar la visión a los vecinos de arriba se pueden cubrir las plantas con malla de sombreo que deja pasar la luz solar. Las plantas de pequeño tamaño, como algunas autoflorecientes que apenas alcanzan 60 centímetros de altura, destacan poco y se camuflan con facilidad entre otras plantas y arbustos.
Hay mallas de sombreo que permiten pasar mayor o menor cantidad de luz, desde el 10 hasta el 90%. Cuanto más luz deje pasar la malla más crecerán las plantas pero como será menos opaca resultará más fácil verlas a través. Una buena relación iluminación/ocultación se logra con mallas de alrededor del 30% de sombra.
Los setos vivos llaman mucho menos la atención que las mallas de ocultación, pero requieren varios años hasta que son lo suficientemente densos como para tapar completamente las plantas. Hay que escoger especies de crecimiento rápido, que admitan las podas, frondosas y resistentes. Para que se hagan grandes y crezcan con rapidez hay que sembrarlas en macetas relativamente grandes. En cultivos de guerrilla la mejor protección se logra sembrando un seto vivo de zarzas. Tienen varias ventajas: son muy resistentes, crecen a gran velocidad y no solo tapan la visión, además tienen pinchos que impiden acercarse a las plantas. Siembra plantas aromáticas como jazmín, menta, romero, tomillo, lavanda, salvia o albahaca junto al cannabis. La mezcla de olores ayudará a disimular el aroma de los cogollos.