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El cuarto eterno: trucos de mantenimiento del ‘indoor’

Los cuartos de cultivo de interior combinan distintos aparatos cuya función es crear unas condiciones adecuadas para el crecimiento de las plantas. Los cultivadores ponen mucho empeño en montarlos bien, pero no siempre son igual de cuidadosos en mantenerlos en buenas condiciones conforme pasa el tiempo. Si no queremos sorpresas desagradables o una bajada de la calidad de los cogollos, prestaremos atención al correcto mantenimiento del indoor.

El cuarto eterno: trucos de mantenimiento del ‘indoor’
El cuarto eterno: trucos de mantenimiento del ‘indoor’
El cuarto eterno: trucos de mantenimiento del ‘indoor’
El cuarto eterno: trucos de mantenimiento del ‘indoor’
El cuarto eterno: trucos de mantenimiento del ‘indoor’
El cuarto eterno: trucos de mantenimiento del ‘indoor’
El cuarto eterno: trucos de mantenimiento del ‘indoor’
El cuarto eterno: trucos de mantenimiento del ‘indoor’
El cuarto eterno: trucos de mantenimiento del ‘indoor’
El cuarto eterno: trucos de mantenimiento del ‘indoor’

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Un cuarto de cultivo requiere un mantenimiento constante para conservarse en buen estado. Los cultivadores de cannabis no siempre somos tan metódicos y cuidadosos como deberíamos. A menudo no prestamos la atención necesaria a nuestra herramienta de trabajo y acabamos pagando las consecuencias con peor calidad de cogollos y producción más baja.

Podemos estructurar y diferenciar las labores de mantenimiento necesarias en función de la frecuencia con la que deben realizarse:

A diario: recogeremos las hojas secas del suelo, sacaremos del cuarto todo material vegetal enfermo. También arreglaremos cualquier cosa que veamos rota o estropeada en cuanto la detectemos, salvo que sea un elemento no esencial para el funcionamiento y al que no se pueda acceder fácilmente a mitad de un ciclo de cultivo. Por ejemplo, si vemos que la camisa que recubre el filtro de carbón está muy sucia, apuntaremos en la agenda que habrá que cambiarla, pero podemos esperar hasta que acabe la cosecha. Sin embargo, un ventilador que vibra en exceso o un programador eléctrico que falla deben ser reparados o renovados inmediatamente.

Cada cosecha: cuando estén apagadas, limpiaremos las bombillas de alta presión con alcohol para eliminar el polvo y la grasa, también limpiaremos los reflectores para que no pierdan eficiencia. Quitaremos el polvo de las lámparas led con un plumero y procuraremos no tocar los diodos con las manos para evitar mancharlos de grasa.

Usa alcohol y un trapo para limpiar el polvo, siempre con las lámparas apagadas y frías.

El polvo en diodos o bombillas entorpece la emisión de la luz y, con el calor, se queda pegado. 

Usa alcohol y un trapo para limpiar el polvo, siempre con las lámparas apagadas y frías.

Usa alcohol y un trapo para limpiar el polvo, siempre con las lámparas apagadas y frías. 

Barreremos el suelo a conciencia y lo fregaremos con agua y lejía para desinfectar. Si hemos tenido alguna plaga durante la cosecha, haremos esta limpieza con especial cuidado y también lavaremos el material reflectante de las paredes. Si no tenemos plástico en las paredes, podemos fumigarlas suavemente con agua y lejía, y dejar que se sequen al aire. Limpiaremos las macetas, cepillándolas si hace falta para que no quede nada de tierra. Si no hay muchas sales acumuladas, podemos esperar a la limpieza anual para fregar a fondo las macetas. Lavaremos los filtros del aire acondicionado y del deshumidificador y esperaremos a que estén bien secos antes de ponerlos de nuevo.

A veces paramos un ventilador que lleva meses funcionando sin problemas y cuando lo volvemos a encender tiempo después se niega a arrancar. Para evitarlo, engrasaremos siempre los ventiladores con una gotita de aceite en el eje de las aspas cuando los apaguemos.

El panel eléctrico debe ser revisado al menos una vez al año y todas las conexiones apretadas de nuevo. 

El panel eléctrico debe ser revisado al menos una vez al año y todas las conexiones apretadas de nuevo. 

Cada año: la limpieza anual se hace tan a fondo como seamos capaces. Hay quien saca todo del cuarto o del armario, lo va limpiando o haciendo el mantenimiento y lo vuelve a colocar. En cualquier caso, es importante hacerlo bien para asegurarnos de que todos los elementos estén en buenas condiciones y para eliminar todos los restos de tierra, polvo, hojas o plagas que se puedan haber ido acumulando a lo largo del año.

La electricidad es el factor más peligroso del cuarto de cultivo y es esencial comprobar la instalación y apretar las conexiones cada año. No hay que olvidar que un ventilador, que no para de moverse, puede acabar aflojando una conexión si toca un cable. Las malas conexiones dificultan el paso de la electricidad y generan calor, pudiendo llegar a recalentar o quemar un cable. Los balastros y los drivers de las lámparas se calientan y podrían llegar a producir un incendio, por lo que hay que asegurarse de que no entran en contacto con nada inflamable. 

El panel eléctrico debe ser revisado al menos una vez al año y todas las conexiones apretadas de nuevo. 

El panel eléctrico debe ser revisado al menos una vez al año y todas las conexiones apretadas de nuevo. 

Cambiaremos los filtros de carbón activo todos los años para asegurarnos de que no pierden capacidad de filtrado; no hay nada más estresante que descubrir en plena floración que el aire que extraemos al exterior sale cargado de aroma a marihuana. Más vale renovar los filtros antes de tiempo que hacerlo cuando ya no funcionan bien.

Los ventiladores baratos suelen haber perdido potencia al cabo de un año, ya que están siempre encendidos y no admiten mucho mantenimiento. Desmontaremos los ventiladores y lavaremos las aspas de plástico y las rejillas con agua y jabón para eliminar todo el polvo y la porquería pegada. Engrasaremos el eje del motor con una gota de aceite. Si tras el mantenimiento notamos que no mueven tanto aire como cuando eran nuevos, o que el movimiento oscilante es lento o poco fluido, los cambiaremos. La ventilación es esencial para que las plantas estén sanas, y un ventilador en malas condiciones se puede quemar, con los riesgos que esto conlleva. Revisaremos los conductos de ventilación en busca de roturas o malas conexiones. Si están muy sucios, puede ser recomendable sustituirlos por tubos nuevos en lugar de intentar limpiarlos.

La acumulación de polvo en el filtro del deshumidificador reduce su eficiencia.

La acumulación de polvo en el filtro del deshumidificador reduce su eficiencia. 

Calibraremos los medidores de pH y EC antes de cada cosecha y nos aseguraremos de que sus mediciones son correctas.

Calibraremos los medidores de pH y EC antes de cada cosecha y nos aseguraremos de que sus mediciones son correctas. 

La eficiencia de las lámparas es un elemento clave, ya que la cantidad de luz es el principal elemento determinante de la producción. Las bombillas de alta presión no duran eternamente, suelen tener una vida útil de diez mil a veinte mil horas, aunque conviene sustituirlas antes, cada cuatro o seis cosechas. Hay que tener en cuenta que una disminución del diez por ciento en la cantidad de lúmenes emitidos supone una reducción similar en la producción: aunque la bombilla sigue funcionando, la pérdida en gramos cosechados vale más que una bombilla nueva. Las lámparas de ledes tienen una vida útil mucho más larga (cincuenta mil horas o más), pero conviene comprobar una vez al año su eficiencia. Conseguiremos un luxómetro o descargaremos en el teléfono una app de luxómetro. Cuando instalemos la lámpara por primera vez mediremos la luz que emite colocando el luxómetro a una distancia determinada (a un metro, por ejemplo) y apuntaremos el resultado como referencia con la que comparar. Cada año, después de limpiar la lámpara, volveremos a realizar la medición, siempre a la misma distancia de la bombilla y con el mismo luxómetro o app. En cuanto detectemos una bajada de la intensidad de un diez por ciento, sustituiremos la bombilla por una nueva o renovaremos la lámpara led.

Hay que eliminar las sales acumuladas en las macetas para que no alteren la EC de la solución nutriente.

Hay que eliminar las sales acumuladas en las macetas para que no alteren la EC de la solución nutriente. 

Nunca hay que descuidar el mantenimiento si queremos que los cogollos sigan siendo de primera calidad.

Nunca hay que descuidar el mantenimiento si queremos que los cogollos sigan siendo de primera calidad. 

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #325

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