Toda persona que cultiva cannabis conoce esa sensación de placer, que genera el ver a sus plantas en floración: los cogollos y las hojas de azúcar comienzan a brillar, ¡gracias al manto blanco de cristales que los recubre! Esta es una parte del espectáculo de luces que nos regala la naturaleza, a medida que se acerca la maduración; y esa cobertura de escarcha es también una señal de que tu planta está cargada de dulce resina.
Como banco de semillas, Paradise Seeds posee una rica tradición en producir plantas súper resinosas, y una gran parte del proceso de breeding de la empresa incluye I+D en ese aspecto. Esta reputación comenzó con Sensi Star (un monstruo productora de tricomas), y ha perdurado gracias a resinosas variedades tales como Nebula, Californian Gold y Space Cookies.
Aunque parezcan pequeños copos de nieve, en realidad los tricomas de la planta del cannabis son cabellos microscópicos. Ese cristal que tú ves brillar es, en realidad, la punta de un tallo minúsculo; y es una de las miles de glándulas de resina que recubren los cogollos y las pequeñas hojas de azúcar que los rodean, a medida que la planta acelera su fase de floración. De cerca y bajo un microscopio, su forma es parecida a una seta.
Tricomas: primera línea de defensa
Pero ¿cuál es la importancia de los tricomas? Para quienes cultivamos cannabis, nuestras plantas suelen tener un status mitológico, que han sido adiestradas para el propósito que tenemos para ellas (a saber, ¡recolectar y consumir sus increíbles flores!). En ese estado mental, muchos cultivadores piensan que la única función de los tricomas es producir cogollos aceitosos y con más potencia.
No obstante, los tricomas forman parte de un sofisticado mecanismo de la planta, y los encontramos en un gran número de plantas. A veces, les aportan metabolitos, como es el caso del cannabis. Para las personas consumidoras de cannabis, estos se traducen en terpenoides y flavonoides, los cuales aportan cualidades estéticas, así como beneficios terapéuticos para el sistema endocannabinoide de los humanos.
En la naturaleza, los tricomas y su eficiente producción de aceitosa resina también actúa como defensa para proteger a las plantas de plagas y animales depredadores, que son repelidos por su pegajoso amargor. ¡Un aroma que produce el efecto contrario en los apasionados del cannabis! Cualquier persona que haya cortado cannabis habrá tenido que lidiar con dedos pegajosos, ¡dando cuenta de lo efectivos que son los tricomas de las plantas de cannabis, a la hora de producir resina! Esta cobertura resinosa sirve también de protección contra los elementos (que es la razón por la cual las plantas cultivadas en exterior mantienen su cobertura de cristales, incluso tras fuertes lluvias).
Los tricomas que encontramos en las plantas de cannabis son glandulares, pero muchas otras plantas poseen tricomas no glandulares, cuya función es proteger a la planta contra los rayos UV, como es el caso de la planta mediterránea, Cistus salviifolius.
Una guía para cosechar
Los tricomas también brindan una guía de cuándo cosechar, si bien los cambios son tan sutiles que necesitan ser observados a través de un microscopio, una lupa, o una lupa de joyero, ya que son difíciles de apreciar a ojo desnudo. Un sistema de semáforo simple es una manera sencilla de saber cuándo cosechar, según la madurez de los tricomas:
Tricomas transparentes – Stop!
Sí, puede que esos cogollos estén bañados en tricomas, pero todavía no están maduros. Las plantas de cannabis empezarán a desarrollar tricomas durante la primera semana de floración, pero todavía es temprano.
Tricomas blanco-lechoso – ¡Espera!
A medida que la producción de THC se acelera en la planta de cannabis, los tricomas cambiarán su color de trasparente a “blanco-lechoso”, un color que se encuentra entre el traslúcido y el blanco. Un gran error que cometen los principiantes es pensar que este es el momento de cosechar, pero los cogollos cosechados ahora producirán un leve efecto cerebral, así que los cultivadores necesitarán esperar algunas semanas más, para beneficiarse completamente del potencial de floración de la planta.
Blanco- Ámbar – ¡Adelante!
Si el porcentaje de tricomas ámbar supera el 30%, entonces el efecto será más fuerte (es decir, más físico y de apalanque). Mientras que algunos cultivadores anhelan el efecto noqueador, la mayor parte de la gente disfruta con un efecto, combinación de subidón cerebral y relajación corporal. Para obtener los niveles óptimos de THC, los cogollos deben ser cosechados cuando los tricomas están 75% blanco-lechoso y 25% ámbar.
Así que, la próxima vez que te deleites con una planta de cannabis reluciente de tricomas; ¡piensa que ese placer visual es también un complejo mecanismo para regular la salud de la planta, y su supervivencia en la naturaleza!