La primera impresión que tiene el viajero cuando llega a Fuerteventura es la de encontrarse en una isla desértica y plana, con un suelo rocoso de varias coloraciones, que cambian según la zona, fruto de la actividad volcánica que dio lugar a este territorio del estado español situado a menos de 100 kilómetros de Marruecos. Fuerteventura vive principalmente de los turistas de Reino Unido y Alemania, que viajan en su mayoría con paquetes de todo incluido y disfrutan por encima de todo de las playas de la isla. Pero, durante el fin de semana del 23 y 24 del pasado noviembre, un grupo de 300 personas se desplazó a la isla con otro propósito, asistir a Fuertedélica, el congreso sobre psicodélicos que celebró su tercera edición duplicando su duración y cuadruplicando el número de asistentes del año anterior, con un evento que, al finalizar el fin de semana, no cupo duda de que se ha convertido en un punto de referencia para la comunidad psicodélica en España.

Si bien es cierto que en los últimos años se han organizado varios eventos en torno al uso o la investigación con sustancias psicodélicas, no había en España un espacio de encuentro para la variada (y creciente) comunidad psicodélica como el que parece haberse consolidado con Fuertedélica. Nos podríamos remontar a los Encuentros Psicodélicos celebrados en Barcelona en 1997, fruto de la cristalización de un renovado interés por estas sustancias y su cultura que aconteció en los años 90. Encuentros que no tuvieron continuidad, aunque de él salieron proyectos en torno a la psicodelia que, como la revista Ulises, aún hoy continúan vivos. Desde entonces, los encuentros sobre psicodélicos han seguido existiendo en forma de pequeños eventos, más o menos publicitados, más o menos privados, a lo largo de dos décadas en las que el interés por estas sustancias se ha mantenido subterráneo respecto a los discursos del espacio público. Con la excepción de las dos Conferencias Mundiales de la Ayahuasca celebradas en España en 2014 y 2019, cuyo programa, número de asistentes e impacto supera por mucho a Fuertédelica, aunque su principal objeto de conocimiento y debate fue un único preparado psicodélico.

En este caso el programa del congreso abordó los psicodélicos en general desde una perspectiva múltiple en donde se combinó la investigación científica con los distintos usos de las sustancias. Las ponencias y las mesas estuvieron centradas en la MDMA, la ibogaína, la ayahuasca y la ketamina, pero el programa también dejó amplio espacio para las diferentes iniciativas surgidas en España en los últimos años y para proyectos documentales, revistas, podcasts y música en relación a los psicodélicos. Entre los asistentes hubo desde curiosos neófitos recién llegados a este campo de conocimiento y práctica hasta gentes profesionales y expertas de distintos ámbitos y grados de veteranía, lo que permitió que el evento funcionase para crear comunidad y generar nuevas oportunidades.

Día 1

La mesa de los jóvenes sirvió de aperitivo gratuito para que los curiosos de la isla se pudieran acercar a ver de qué se trataba eso del congreso Fuertedélica y se animaran eventualmente a comprar la entrada por un precio impepinable de 60 euros, imposible de imaginar si se compara con la media de precios de los congresos sobre psicodélicos

El congreso comenzó la mañana del viernes con una mesa de presentaciones formada por cuatro jóvenes de arraigo en España que expusieron sus vías de estudio como representantes de la creciente masa de nuevos investigadores que escogen a los psicodélicos como objeto predilecto para sus estudios: desde las posibles funciones de la DMT producida naturalmente en el organismo humano, el uso de la 5-MEO-DMT como agente terapéutico, el papel de los psicodélicos en las sociedades modernas y su relación con la conciencia o la divulgación de las bases neurológicas que producen sus efectos en la psique. La mesa de los jóvenes sirvió de aperitivo gratuito para que los curiosos de la isla se pudieran acercar a ver de qué se trataba eso del congreso Fuertedélica y se animaran eventualmente a comprar la entrada por un precio impepinable de 60 euros, imposible de imaginar si se compara con la media de precios de los congresos sobre psicodélicos.

La proyección del documental Voces de la ayahuasca (disponible en Youtube), segundo aperitivo gratuito previsto, tuvo que suspenderse en el último momento y tras la comida se realizó la apertura de puertas del congreso con un viaje musical acústico de cuencos, handpan, didgeridoo, gong, bansuri y flautas de las manos del multiinstrumentista HighVibeTribe, al que siguió una conferencia inaugural sobre la evolución y el papel de los psicodélicos en nuestra sociedad a cargo de Dóra Révész, fundadora de la Asociación Psicodélica Fuerteventura, organización germen de Fuertedélica, que este año también ha estado coorganizado por la fundación ICEERS.

Tras la conferencia inaugural llegó el turno de la mesa “Los psicodélicos en España” que reunió las presentaciones de cinco proyectos de la sociedad civil que trabajan para la investigación, la defensa y la integración de las herramientas psicodélicas en el país. Merece la pena referenciarlas todas, pues conforman parte importante del tejido de organizaciones activas en España y previsiblemente su trabajo se seguirá expandiendo en los próximos años. La primera en presentarse fue la Sociedad Española de Medicina Psicodélica (SEMPSI), fundada en 2022, un grupo académico de profesionales sanitarios y científicos, que buscan promover el debate sobre las aplicaciones terapéuticas de las sustancias psicodélicas basado en la evidencia y servir como órgano de asesoramiento para instituciones públicas. Le siguió el Instituto Transpersonal Integrativo, fundado en 2017, dedicado a ofrecer formaciones especializadas en el uso de psicodélicos con cursos anuales y seminarios, así como a la organización de actividades relacionadas con el uso terapéutico, la investigación y la cultura de los psicodélicos. Luego fue el turno de la Red Micelio, una federación recién nacida con el objetivo de agrupar a las diferentes entidades que trabajan con enteógenos con el objetivo de favorecer el apoyo mutuo, mejorar las prácticas y la autorregulación y defenderse frente a las políticas de criminalización por el uso de plantas y sustancias enteógenas. A continuación se presentó INAWE, fundada en 2021, una organización de profesionales de distintas ramas que trabajan desde el eje de la salud mental con la misión de divulgar sobre los psicodélicos y abogar para que su uso se integre en la sociedad de forma segura. Y, por último, la Asociación Científica Psicodélica, fundada 2022, dedicada a la investigación mediante estudios observacionales y ensayos clínicos (por ahora con animales) y a llevar la formación académica sobre los psicodélicos a la docencia del Grado de Medicina y en cursos de extensión universitaria en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

A parte de las anteriores, el congreso dio espacio para la presentación de otros proyectos del espacio psicodélico en formatos más cortos. Fue el caso de la recién nacida Fundación Mandrágora, dedicada a explorar y favorecer el conocimiento sobre las especies psicoactivas y medicinales de Europa y el Mediterráneo, que está trabajando para convertirse en un centro para el aprendizaje con –y sobre– las plantas a través de una biblioteca especializada y un jardín de especies psicoactivas. También tuvo un espacio de presentación la veterana Ulises, “revista de viajes interiores”, ahora digitalizada en su totalidad a través de su web, pero igualmente activa en su edición anual en papel.

La tarde comenzó con una mesa multidisciplinar sobre la MDMA que abrió Raúl del Pino hablando del uso de esta sustancia como medio para facilitar las experiencias sexuales tántricas, una propuesta desarrollada en su libro MDMA, sexo y tantra, que ha vuelto a publicarse. A continuación, Fernando Caudevilla –el Doctor X– disertó acerca de la cultura de la MDMA: un divertido recorrido a base de música, letras, videoclips y directos de artistas internacionales y españoles, desde Madonna o Miley Cirus hasta Paco Pill, Fangoria y algunas joyas musicales perdidas por Youtube. Siguió la exposición del investigador José Carlos Bouso, quien hizo un recorrido histórico sobre el descubrimiento y el estudio de la MDMA, desde su primera síntesis hasta el proceso actual para su regulación y los debates aparecidos en este proceso administrativo, político y empresarial para que su prescripción pueda ser legal para el estrés postraumático en Estados Unidos y la Unión Europea.

El cierre de la jornada lo dio Giorgio Samorini, investigador italiano autodidacta de la vieja escuela y toda una referencia en el estudio de las plantas psicoactivas de la antigüedad y los ritos con enteógenos, impartiendo una conferencia magistral sobre los cultos de la iboga en el África Ecuatorial. Samorini, que es considerado el primer occidental iniciado en el culto del Bwiti –un ritual sincrético de Gabón en el que se usa la iboga como sacramento–, hizo un recorrido por la historia del uso de la iboga, las diferentes tradiciones de la región africana y las particularidades de los rituales entre la etnia de los Fang, con los que él se inició. El relato de las experiencias y las prácticas que Samorini tuvo y estudió con los Fang poco tienen que ver con los usos contemporáneos occidentales de las sustancias psicodélicas (ni en dosis, ni en la preparación y duración, ni en las ceremonias) y responden a una larga tradición mistérica cuyos detalles expresados en el congreso –aquellos que no permanecen bajo el pacto de silencio para los iniciados– dejaron boquiabierta a la audiencia.

Entre una cosa y la otra, en la entrada del auditorio municipal en donde se celebraban las conferencias se podían encontrar algunos puestos de objetos psicodélicos producidos con pequeñas impresoras 3D, telas de decoración de colores fluorescentes, libros y revistas sobre el tema y una mesa de producción de sonido con micrófonos del podcast Eutopías, que conversó con buena parte de los ponentes del congreso durante los dos días. Luego, a las horas de las comidas o al terminar la jornada, asistentes y ponentes se reunían en los restaurantes aledaños o en bares del centro de Corralejo para seguir intercambiando con comida, cafés o cervezas de por medio.

Día 2

“Es importante divulgar también los resultados negativos de los estudios”, dijo Rafael Guimarães dos Santos, en referencia a un estudio con ibogaína en Brasil, paralizado ante la aparición de efectos cardiovasculares graves en algunos participantes. Todo lo contrario del llevado a cabo en Reus (Tarragona), cuyos resultados positivos con ibogaína para frenar el síndrome de abstinencia y facilitar la deshabituación en personas que usan metadona presentó Antoniu Llort.

El sábado las conferencias se iniciaron con una mesa sobre estudios clínicos con psicodélicos, en la que tres investigadores expusieron los resultados de ensayos realizados con ibogaína, ayahuasca y ketamina, con buenos y malos resultados. “Es importante divulgar también los resultados negativos de los estudios”, dijo Rafael Guimarães dos Santos, investigador brasileño de largo recorrido que ha publicado algunos de los estudios sobre ayahuasca más citados a nivel internacional. Lo dijo en referencia a los resultados obtenidos en un estudio con ibogaína en Brasil, en el que no se obtuvieron resultados positivos y que fue paralizado ante la aparición de efectos cardiovasculares graves en algunos participantes. Todo lo contrario del llevado a cabo en Reus (Tarragona), cuyos resultados positivos con ibogaína para frenar el síndrome de abstinencia y facilitar la deshabituación en personas que usan metadona fueron presentados por Antoniu Llort, quien hizo hincapié en la importancia de realizar un abordaje de largo seguimiento que incluya la integración social, y no se limite únicamente a la dimensión farmacológica, para reducir la posibilidad de recaída. Por su lado, la investigadora brasileña Lorena Terene presentó los resultados de un estudio que comparó el efecto de la ayahuasca y la ketamina, ambos con resultados positivos, en el tratamiento del trastorno de estrés postraumático y de la depresión resistente a tratamiento.

La tarde siguió con la mesa multidisciplinar sobre la ketamina en la que participaron Estefanía Moreno, médico y psicoterapeuta de la clínica Synaptica especializada en tratamientos con ketamina; Celia Morgan, investigadora botánica especializada en la farmacología de los psicodélicos; y Eduardo Hidalgo, psicólogo y autor de libros de divulgación sobre sustancias psicoactivas desde la perspectiva de reducción de riesgos. La mesa empezó con la exposición de los aprendizajes recogidos desde la clínica durante sus primeros tres años de tratamientos con ketamina, resaltando la importancia de realizar un abordaje holístico en el que se ponga a la persona en el centro –y no su diagnóstico–, y aprovechar tanto el efecto farmacológico de estimulación de la neuroplasticidad como el contenido subjetivo de la experiencia en los pacientes. La mesa siguió con una revisión de Morgan sobre el potencial doble filo del uso de la ketamina como fármaco terapéutico y como droga de abuso, y terminó con una exposición sobre la historia del uso lúdico de la sustancia y un puñado de reflexiones que sólo un usuario avezado como Hidalgo podría ofrecer. Merece una mención especial esta última intervención –sin desmerecimiento de las otras, que brindaron información y reflexiones de primer nivel y actualidad– por realizar un discurso desprejuiciado y valiente desde la perspectiva de un usuario de esta y otras sustancia ilegales y cerrar el círculo discursivo de la mesa recordando que los usuarios de drogas ilegales soy muy a menudo también personas que buscan en las sustancias una forma de automedicación para sus sufrimientos, y que en su búsqueda desesperada por la sanación se ven abocados –además de a la ilegalidad y sus consecuencias– a sufrir un estigma por drogadictos. Hidalgo acabó su charla con una reivindicación por el acceso a sustancias puras y baratas, y a información actualizada sobre la gestión de sus riesgos y beneficios, porque “con seguridad e información los consumidores pueden gestionar hasta el fentanilo, igual de bien que un sanitario”, alegó.

Eduardo Hidalgo recordó que los usuarios de drogas ilegales soy muy a menudo también personas que buscan en las sustancias una forma de automedicación para sus sufrimientos, y que en su búsqueda desesperada por la sanación se ven abocados –además de a la ilegalidad y sus consecuencias– a sufrir un estigma por drogadictos.

La última mesa estuvo dedicada a la ayahuasca, con la participación de la antropóloga Maja Kohek, el periodista Juan Carlos de la Cal y la aparición en vídeo del curandero tradicional del Perú y fundador de la Asociación de Médicos Ancestrales Shipibo-Konibo-Xetebo Walter López. Cada uno de estos aportaron una perspectiva distinta del uso ritual de la ayahuasca, Kohek desde el estudio antropológico de las comunidades que usan la bebida en Cataluña, de la Cal desde la perspectiva de uso por parte de la iglesia ayahuasquera del Santo Daime y López desde la tradición shipibo, ofreciendo entre los tres una visión de conjunto de las variedades contextuales en uso de la bebida y la importancia de las prácticas rituales para potenciar beneficios y reducir riesgos.

Para cerrar el congreso los organizadores hicieron unas breves reflexiones en las que agradecieron el trabajo de todos los implicados, explicitaron las difíciles coyunturas que habían atravesado para poder sacar adelante el evento y dieron unos turnos de palabra al público, que fueron pocos porque la hora de finalización prevista ya se había sobrepasado. En general esto fue una tónica que se repitió en casi todas las conferencias, en las que el tiempo de preguntas tuvo que ser recortado para no desfasar la programación. En las intervenciones finales del público alguien dijo haber echado en falta más espacios de intercambio y debate con los asistentes, para crear más tejido y conexiones a lo ancho del Estado. Otro asistente preguntó por qué no se había programado una mesa sobre hongos, a lo que los organizadores respondieron extendiendo una invitación general para que todo aquel que se sintiera apelado se implicara con propuestas y dedicación para hacer posible la edición del próximo año. También hubo quien luego dijo que faltó una máquina de café en los descansos, aunque se podía conseguir café a pocos metros del auditorio y nadie que se pare a pensar en el coste de un evento así podría esperar tal cosa con un precio de entrada tan bajo. Este año el evento se dio a un público de 300 personas, cuando en los dos años anteriores fueron unos 60 entre ponentes y público, gracias al trabajo desinteresado de varias personas que han conformado la organización, al apoyo de la fundación ICEERS y a los varios voluntarios que lograron que todo saliera adelante. Merece también una mención especial la voluntaria que, sobre la marcha y sin ninguna previsión ni experiencia previa, llevó a cabo la traducción simultánea de todas las ponencias del congreso para que los asistentes no hispanohablantes pudieran entenderlas, una tarea que inicialmente estaba previsto que llevara a cabo una inteligencia artificial, que en el directo no acabó funcionando.

El verdadero cierre del evento tuvo forma de fiesta en donde los pocos y puntuales desórdenes organizativos del evento se extendieron a la noche y, desorden mediante, todo el que quiso pudo seguir compartiendo y celebrar el éxito de este encuentro psicodélico de referencia.