Saltos de tiempo (con pértiga cannábica) y ruidos al revés
Así que estás en septiembre –en el mes de septiembre– y resulta que te gustaría estar en cualquier otra parte. Has oído hablar de los saltos de tiempo con pértiga cannábica y has decidido intentarlo.
Así que estás en septiembre –en el mes de septiembre– y resulta que te gustaría estar en cualquier otra parte. Has oído hablar de los saltos de tiempo con pértiga cannábica y has decidido intentarlo. No dejes de creer. Fumar y fugarte a la vez. Para que tu salto de tiempo no sea solo una conjetura sino un hecho físico, hay que acompañarlo de otros hechos físicos de apariencia menor. Por ejemplo, el ruido.
El ruido de las hojas del calendario. Si quieres deshacer una caminata lo que haces es andar hacia atrás: deshaces tus pasos y compruebas que tus pasos, cuando caminas hacia atrás, suenan distinto a cuando caminas hacia adelante. De hecho, suenan AL REVÉS. Con las hojas del calendario pasa lo mismo. Cuando las pasas hacia adelante suenan FRASZ, y cuando las pasas hacia atrás suenan ZSARF. Si pasas las hojas del calendario hacia atrás, desoirás el ruido de las hojas que avanzan –el paso del tiempo– y oirás el ruido de las hojas hacia atrás. Pero tienes que andarte con ojo porque, si pasas muchas hojas seguidas, el sonido se convierte en una gran línea sónica y es fácil perder el control. Tienes un diablillo dando saltitos en tu hombro y ese diablillo te dice: “¿Quieres que te saque de aquí?” Nadie da nada por nada, y el diablo es especialista en dar casi nada a cambio de todo. El diablo cumplirá su parte del trato –eso siempre–, y te sacará de donde tú quieras, pero te llevará a dónde a él le parezca mejor. A lo mejor te lleva al futuro, quiero decir al verano del futuro: al mes de agosto del año 2056. ¿Es ahí donde quieres estar? ZSARF ZSARF FRASZ FRASZ FRASZ FRASZ FRASZ FRASZ FRASZ FRASZ FRASZ, ETC. ¿No te das cuenta de que te ha dado el cambiazo después del segundo ZSARF? Ha dado dos pasos hacia atrás y, luego, ha empezado a caminar hacia delante. De esta manera el diablo te habrá sacado de aquí –aquí es ahora– y habrá cumplido con su palabra de diablo-encima-del-hombro y tú habrás renunciado a un montón de cosas que merecen la pena: dinero, fama, lujuria y un pájaro que canta suspendido en la rama de un sicómoro. Bueno, se acaba el tiempo y el diablo se aburre de jugar contigo –todo cansa– y te lo explica claramente: No puedes dar saltos en el tiempo, y tanto da si tú pértiga es cannábica como si es de metacrilato. ¿Has intentado fumar un porro al revés? No se trata de fumarlo de abajo arriba (la boquilla al final) sino de fumarlo hacia atrás. Primero aplastas la colilla contra un cenicero (qué diablos: tírala por la ventanilla del coche). Luego empiezas a soplar y resulta que el porro crece, en lugar de menguar, hasta que, de pronto, está intacto y apagado. Entonces lo deslías, lo cual incluye guardar las hojas de papel de fumar en su librillo: ¿cómo suenan estas hojas? ¿FLIS o SLIF? Ah, pobre diablo: Bienvenido al otoño.
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