Berkeley y su universidad siempre han tenido fama de ser un lugar de reunión de liberales. Ahora continúa su tradición con un gesto simbólico hacia el consumidor de cannabis y se declara “ciudad santuario”.

El Fiscal General del Estado Jeff Sessions diese la orden de que cualquier juez puede intervenir en las leyes estatales cualquiera corre el peligro de ser detenido por tráfico de marihuana estando en un lugar donde es legal. El movimiento de Berkeley se inspira en llevarle la contraria a Sessions.

El consejo de la ciudad de Berkeley con su alcalde Jesse Arreguin a la cabeza votaron por unanimidad que los funcionarios de la administración nunca presten ayuda al gobierno federal en casos relacionados con la persecución de los consumidores de cannabis siempre y cuando se trate de algo legal.

“Creo que podemos equilibrar la seguridad pública y resistir a la administración Trump”, ha escrito Arreguin en su Twitter.

Como señalamos, esta propuesta es solo simbólica, lo que significa que el peligro de que haya una intervención federal sigue presente. Además, esta propuesta de Berkeley no impide que los funcionarios ayuden a los federales cuando se trate de una droga ilegal.