Desde que a mediados de este año en California, en EEUU, se desató una crisis en la industria del cannabis por la detección de pesticidas en miles de productos derivados de la planta, el ente regulador del estado ha intensificado sus controles a las empresas que participan del mercado local. En el transcurso de este 2024, se destruyeron 774.829 plantas cultivadas sin licencia y casi 50 toneladas de flores, según precisó el fiscal general Rob Bonta. Además, se arrestó a 282 personas en 36 condados diferentes.
Si bien California es uno de los lugares más importantes para la industria de la planta, allí también existen varias personas que forman parte del mercado y no cuentan con la licencia estatal para ser parte de la actividad. Muchos de ellos cultivaban marihuana y vendían sus derivados antes de la regulación, pero no pudieron ajustarse a los requisitos estatales por sus altos costos. También existen otros jugadores que deciden mantener la clandestinidad a pesar de los riesgos, ya que pueden tener mayores ganancias y sus operaciones se encuentran en zonas montañosas difíciles de acceder. El gobernador Gavin Newsom pretende ir contra todos ellos para que la industria del cannabis tan solo sea para aquellos que puedan abonar las licencias productivas.
En 2022, Newsom creó el Grupo de Trabajo Unificado para la Aplicación de la Ley sobre Cannabis (UCETF), quien ya confiscó más de 2.3 millones de dólares (2.1 millones de euros) en productos de cannabis que fueron elaborados ilegalmente. Según la oficina del gobernador, la actividad de este equipo afectó al mercado no regulado por un total de 544 millones de dólares (513 millones de euros).
