Natalia Revelant es una cocinera argentina que está ahora en Chile y cuya especialidad es la concina cannábica. 

Esta cocinera anda en un taller en Santiago (Chile) mostrando sus propuesta de comida vegetariana combinada con productos orgánicos como frutas, harina de mandioca, almendras, granos y semillas, para elaborar chocolates, bizcochuelos, bollos, jugos o leche. La intención final es mostrar el valor terapéutico del cannabis. 

“Descubrí un universo con el cannabis”, dijo a la AFP Revelant, y ante la gente de la ONG de la Fundación Daya. Esta fundación, como ya sabéis, es una de las más relevantes en la lucha por la legalización de la medicinal. 

Todo el cannabis se puede aprovechar para la comida, dice Natalia, pero el cogollo y las semillas son perfectas para postres. De hecho al sabor de la marihuana que no es muy agradable le viene mejor algo más dulce. Es importante buscar compuestos que peguen bien con la fragancia de los terpenos. 

“Una planta de cannabis con un perfil alto en linalool (terpeno) lo puedes combinar con lavanda y hacer unas ricas galletas con mantequilla”, explica. 

Una dosis de entre 0,1 y 0,5 gramos de cannabis por cada porción de comida es lo recomendable para evitar los efectos alucinógenos. Superar la dosis podría causar un desmayo o somnolencia, según Revelant. 

“La planta de cannabis no mata a nadie, por eso es importante que conozcan los efectos y que practiquen para saber cuál es su propia dosis”, indicó la chef. Además el cannabis aporta Omega 3 y 6 que ayudan a combatir las inflamaciones. 

Aunque en Chile se permite el consumo privado el taller se encuentra al límite de lo legal. Es una pena que personas que no están en nada turbio se les trate como delincuentes.