El gobierno en Filipinas de Rodrigo Duterte comenzó con una amenaza directa: iba a matar a todos los traficantes y consumidores.

El gobierno en Filipinas de Rodrigo Duterte comenzó con una amenaza directa: iba a matar a todos los traficantes y consumidores. 

Esta política de extrema derecha le ha hecho entrar en contradicciones tan brutales como estudiar la posibilidad de legalizar la marihuana medicinal y, a su vez, eliminar a más de 3000 personas relacionadas con el tráfico y consumo de drogas. Incluso detuvieron a su hijo por un delito de tráfico de drogas y Duterte amenazó con matarlo él mismo.

Desde Merryjane se preguntan si las políticas de Duterte están desgarrando Filipinas y su redactora en Asia se da un paseo por barrios marginales de Manila en busca de una respuesta.

Como cabe esperar poca gente quiere dejarse ver criticando a Duterte en un país donde te pueden meter un tiro en plena calle al mediodía solo por tener la sospecha de que seas un consumidor.

Según uno de los pocos filipinos que dan la cara, Duterte ganó las elecciones bajo las promesas populistas que han llevado al poder a Trump o que ganase el Brexit: La promesa del anti establishment desde posiciones de outsiders de la política que la derecha ha sabido capitalizar. No le falta razón.

Adentrémonos en el Imperio Duterte.